Cerramos este mes de julio con otra ruta que se nos fue otra vez de las manos, porque aprovechando que venía Michael, un colega de Patri "vecino" alemán de la comarca del Allgäu, pues queríamos mostrarle un cachín de Asturien en MTB, donde viéramos un poco de todo. Me parecía guapa esta ruta del Conde de Coalla por tierrras de Grao que no conocíamos y de paso si había ganas alargarla hasta el Picu L'Oral que ya conocíamos pero yendo desde los puertos de Maravio. Así que con un día nublado y con buena temperatura iniciamos la ruta en Grao (66 m.) por carretera hasta Alcubiella, donde cambíamos de piso y nos internábamos por un camino frondoso paralelo al río Las Varas.
El camino pasa a ser un sendero muy guapo pero que no te permite distracciones ya que todo está húmedo y muy resbaladizo, si bien nada parecido a lo que había leído donde al parecer fuera de la época estival el barro está presente en cantidades industriales. Habíamos acertado en hacerlo en verano porque sino no creo que se pueda ciclar ni la mitad.
Pero claro, a cambio el peaje a pagar es un combinado explosivo de artos que se te enrrollan como anacondas tatuándote todo el cuerpo, ortigas por doquier cargadas de ácido para tonificar las piernas y una humedad ambiental como en la misma selva amazónica....
Cuando el camino se alejaba del río, al llegar un claro entre la selva, eran las moscas las que nos esperaban ansiosas a rematar la faena....
...hasta que salimos a la civilización, a la carretera en Coallaxu, muy cerca de Coalla (160 m.), donde aprovechamos a evaluar a los "heridos". Vaya destrozo llevábamos en las piernas y eso que acabábamos de empezar. Menudos anfitriones somos, que le endosamos a la primera de cambio esta pequeña tortura al amigo Michael. Pero bueno, la naturaleza Astur es así de asilvestrada...nada que ver con la plácida y ordenada naturaleza del Allgäu.
Tras un intento fallido de atajar por un camino del valle, decidimos ascender por carretera después de preguntar a unos paisanos hasta el pueblo de Pumarín (290 m.). Aquí hicimos la primera pausa del día, sobre todo para beber, porque el bochorno era tremendo. También pudimos comer unas cuantas moras sorprendentemente grandes y maduras para la época en que nos encontrábamos. Continuamos ascendiendo por un caleyón entre el bosque imposible de ciclar hasta que la pendiente suavizó, permitiéndonos disfrutar un tramo bien guapo.
Salimos de nuevo a la carretera que viene de Vallongu hacia Baselgas, pero la abandonamos pronto tomando la pista que lleva a La Condesa. De nuevo cogemos altura con un duro repecho, tras el cual descendemos más de 2 km. por uno de los tramos más guapos de la ruta, entre bosques y más bosques. Rebasamos el caserío de La Condesa (500 m.), y seguimos en descenso hasta el fondo del valle.
Íbamos ya mal de agua y nos preocupaba que no hubiera fuente más arriba...El sol parecía querer abrirse paso entre las nubes, por lo que la situación podría empeorar en cuanto al calor y al bochorno. Por suerte llegamos a este pequeño oasis en medio de la jungla, donde si bien no había fuente, había toda una cosecha de moras como balones que nos dió la vida.
Una vez fartucos de este manjar de osos, proseguimos por la pista con un exigente ascenso hasta el pueblo abandonado de Santo Adriano del Monte (660 m.). Llegamos con el agua en reserva y tocados a pesar de que no estábamos ni a la mitad de la ruta. Sin embargo, la estupenda fuente que encontramos nos animó como para parar a comer y relajarnos en este pueblo perdido en el monte, que como bien dijo Michael lo primero que te viene a la cabeza para describirlo es pena...La de historias de siglos atrás que ya están perdidas.
Después de comer siempre se ven las cosas de otra manera y arrancamos tirando de la bici por las pindias caleyas del pueblo hasta el cruce donde la ruta del Conde de Coalla gira para volver pasando por Baselgas. Nosotros, sin embargo continuamos ya montados en bici por la pista con continuos toboganes bajo la cual discurre la traída de agua y con el bosque siempre presente, aunque en un claro donde se debían realizar las romerías del pueblo, pudimos ver todavía muy lejos nuestro objetivo.
Inevitablemente había que volver a coger altura, y esta vez con todo el sol de pleno y con unas largas revueltas, a cual más pindia que nos obligó echar pie a tierra en algún tramo. Desde luego que fue la parte más dura de la ruta.
La pista finaliza en una pequeña camepereta y prosigue por un camino de vacas, por suerte ciclable, pero eso sí con la consiguiente retaíla de tatuajes en las piernas por les urcies. Al fondo entre las nubes, ya empezaba a verse montañas conocidas como el Aramo y en frente junto a unas cuadras el resto del camino hasta el collau La Folichega (954 m.) , ya en tierras de Yernes y Tameza.
Volvimos a rodar por una pista con muy buen firme y que sube hasta Cuevallagar, pero en el punto más alto tras una subida menos dura de lo que preveíamos después de la anterior que nos había dejado fundidos, nos desviamos hasta alcanzar la cercana base del Picu L'Oral (1.050 m.) .
El resto hasta la cumbre subimos andando por la suave y alfombrada ladera NW. A pesar de tener que tirar de la bici y el cansancio acumulado fue bastante llevadera esta subida. Una vez arriba las fotos de rigor y un buen descanso. Una pena la falta de visibilidad por las nubes porque la panorámica desde este monte es amplísima, abarcando toda la montaña y costa centro-occidental.
La idea de volver por el mismo sitio cada vez nos parecía menos aconsejable para nuestras sufridas piernas por el continuo sube y baja que ello conllevaba, y la cambiamos por la conocida y larga bajada a Villanueva en Proaza. Eso conllevaría un largo regreso a Grao pero lo preferimos así. Por fin nos tocaba bajar y además por mullidas praderas y divertidos caminos. Cada uno fuimos descendiendo dando rienda suelta a las suspensiones de nuestras monturas...
...así fue porque en un suspiro ya estábamos galopando por las verdes camperas de Cuevallagar (1000 m.), si bien quedaba remontar a pie un corto y duro repecho hasta conectar con la pista que baja hacia Proaza.
A partir de este punto si que ya continua el descenso sin interrupción, aunque a estas alturas Michael ya estaba escaldado sobre el tópico de que "sólo queda una subida más...", porque efectivamente en estas montañas siempre hay un repecho más...como así fue. El descenso, como tal y lo recordaba muy rápido y delicado por el firme suelto y pedregoso. A nuestra derecha las profundidades del guapo valle de Proaza.
Finalizada la pista, salimos a la carretera que descendimos todavía más velozmente hacia Linares (830 m.) y pasado éste a Castañeo del Monte (670 m.).
A la salida del mismo tomamos a mano derecha el sendero que baja por el bosque, siendo éste también uno de los tramos pertenecientes al top 10 de nuestra lista....Una gozada con un buen subidón cuando llegas como un misil al plácido pueblo de Villanueva (200 m.) después de 1000 m. de descenso desde L'Oral.
El resto no tiene más historia que los más de 10 km. que nos quedaban todavía, primero por la Senda del Oso hasta Trubia y despuúes otros 15 km. hasta Grao por la antigua carretera nacional. El invitado bávaro que no protestó en ningún momento quiso seguir al igual que Patri, con Alberto y conmigo, a pesar de ofrecernos a buscar los coches y recogerles en Trubia. Como ya había comprobado antes por tierras germanas...son rudos estos del Allgäu... Casi 65 km y 1.800 m. de desnivel para una excursión no está mal...y con más variedad imposible.
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