mi visión de la montaña

Subir montañas es la osadía convertida en humildad, bajarlas es la osadía convertida en gratitud

domingo, 16 de octubre de 2011

Siegalavá - Tapinón

Nos juntamos Damián y yo para darle salida a otro cresterío clásico de Ubiña, y de paso desentumecernos de la inactividad veraniega. Así que optamos este sentido de la cresta porque se trepa más y para no tener que bajar la inacabable y pindia pala sur del Siegalavá.



Con una aproximación muy directa desde el pueblo de Tuiza d'Arriba (1.210 m.), el Siegalavá presenta una gran pendiente que  no cesa en los casi 1.000 m. de desnivel que hay hasta su cumbre. Así que subimos pacientemente los cuestorros de Las Garametas. En la  parte final, sin un camino claro, nos vemos metidos en alguna que otra trepada, que sin tener gran dificultad, obliga a poner mucha atención en lo que se va a agarrar uno.


Poco después llegamos a la cima de esta arisca montaña  de 2.140 m. y tras comer algo, comenzamos el cresterío descendiendo con algún que otro destrepe hasta llegar al punto más bajo. A partir de ahí, la cresta se afila más con pasos de trepada por ambas vertientes para rodear algún gendarme. La roca como es habitual en este macizo es de mala calidad.

La parte final hacia el Tapinón es la más delicada y tuvimos que trepar y destrepar algún paso delicado hasta encontrar el mejor camino que nos permitiera escalar el muro final. A pesar de llevar material de escalada, no nos fue necesario ya que dicho muro aunque algo roto no resultó tan malo como parecía en principio.


















Una vez superado el muro, se llega sin ninguna dificultad y caminando hasta la cumbre del Tapinón (2.118 m.), desde el cual podemos ver la cresta pero con otra perspectiva.



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