mi visión de la montaña

Subir montañas es la osadía convertida en humildad, bajarlas es la osadía convertida en gratitud

sábado, 8 de febrero de 2025

Tras la Peña del Viento

A cuenta gotas apenas podemos catar la nieve este invierno tan malo...y ya es el tercero. Pero al menos esta vez, a pesar de la escasez de nieve, sí que pudimos sacar el máximo partido a las últimas nevadas explorando una zona que tenía pendiente hace tiempo esperando el momento adecuado...al otro lado de la Peña de del Viento por su vertiente nordeste.


Comenzaba la jornada junto a Patri, Jorge y Julio, y como es habitual mucha gente por el camino de Wamba, incluyendo un grupo de esquiadores que iba por delante hacia el mismo objetivo, al menos en su primera parte hasta el collado entre la Peña Los Fornos y del Viento. Así que nos limitamos a seguirles la huella avanzando bastante deprisa al tiempo que íbamos echando un vistazo de cara al descenso de vuelta, para buscar una línea por la que bajar sin tener que destrozar los esquís, viendo los espesores tan justos de nieve que había.

 

 

Sin embargo, el aspecto de la nieve era inmejorable, con textura polvo suelta que se mantenía ayudada por el día frío que teníamos.

 

 


Alcanzábamos el collado entre las dos peñas (1.910 m) con viento frío y desapacible que arrastraba la nieve hacia el otro lado. Para nuestra suerte, el grupo que iba delante decidió bajar por donde vinieron y mientras tanto, me acerqué a echar un vistazo de lo que venía buscando....
...y desde luego no podía ser más atrayente. Aun más con semejante paisaje de fondo que invitaba a la aventura. Antes de volver con los compañeros ya estaba más que decidido, puesto que las placas heladas del principio sólo eran adornos disuasorios para dejar impoluta la gran esquiada que nos esperaba.


En el primer tramo, pillamos la nieve polvo más profunda para mi gozo, alternando después zonas donde bajo una capa más fina se sentía el hielo pero sin más problema. Seguidamente ante la bifurcación de posibles itinerarios junto a un característico espolón rocoso, optamos por la ruta visible, si bien la otra más encajonada vimos luego que también tenía salida. 


Llegamos a una segunda bifurcación y esta vez sí que elegimos la más estrecha, buscando las vaguadas donde se acumulaba más nieve polvo que junto con el ambiente alpino entre las paredes heladas de la cara norte de la Peña del Viento, hizo que el disfrute fuera completo. Llegamos así a una zona más llana desde la cual se puede tomar rumbo hacia la braña de Valdebezón, 400 metros más abajo y que ya suma otra ruta entre las pendientes para cuando haya más nieve. No obstante todavía pudimos rascar otra bajada más hasta otra vaguada sin salida (1.650 m), donde encontramos una nieve fabulosa para finalizar este estupendo descenso.


En este lugar idílico bajo el sol, rodeados de nieve y el Parque Natural de Redes ante nosotros, inevitable hacer una pausa para disfrutar del entorno mientras reponíamos fuerzas viendo el pindio ascenso que nos esperaba después.


Retomando el regreso hasta el collado, el ascenso nos resultó más rápido y sencillo de lo que a priori pensábamos, logrando remontar todo con los esquís puestos sin necesidad de usar crampones aunque sí cuchillas.

 



Una vez arriba, de nuevo tocaba bajar siguiendo las huellas del grupo de la mañana que nos vinieron muy bien puesto que encontraron un buen camino a salvo de las piedras. Además la nieve se mantenía en perfectas condiciones con lo que el disfrute fue generalizado practicando el clásico ski ratonero entre piornos y tubos.

Apuramos así hasta el fondo del valle Los Pozos, y como había acumulación suficiente en el cauce del arroyo de La Aliviada, nos lanzamos a la aventura para atravesar todo el valle Los Fornos evitando el aburrido regreso por Wamba
Tras cada recodo lográbamos encontrar un paso para seguir adelante, manteniendo un descenso continuo que hizo muy entretenido el trayecto a pesar de los obstáculos tan variados a salvar...


 

Finalmente logramos con éxito atravesar este estrecho valle, donde conecta con el itinerario que ya conocemos bien cuando venimos de La Rapaína

Cruzamos de nuevo el arroyo de La Aliviada y caminando unos pocos metros volvemos a descender por la pista que acaba en la carretera a pocos metros del aparcamiento junto al inicio del camino de Wamba.

Terminábamos con una sonrisa esta ruta tan guapa que nos sorprendió gratamente, especialmente por haberla hecho en estas condiciones tan favorables, a pesar de los condicionantes de partida que no eran pocos precisamente.


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