Este es el panorama que nos regalaba Pandébano, donde la escolta de lujo del picu Urriellu nos enseña los dientes y nos dice que es tiempo de seronda (otoño) antes de que el invierno imponga su ley.
Sin embargo, la subida fue bastante cómoda con buena temperatura para caminar a pesar del peso de las mochilas y la oscuridad de la noche que avanzaba rápidamente. Al doblar el colláu Valleyu encedemos los frontales y disfrutamos de la imagen única del Picu a contraluz de una tímida luna que apenas se deja ver entre los nubarrones que pasan a gran velocidad. Todo un espectáculo visual pero que por otro lado acongojante..