mi visión de la montaña

Subir montañas es la osadía convertida en humildad, bajarlas es la osadía convertida en gratitud

martes, 2 de abril de 2024

Kalfanwand (Südtirol - Italia)

Con la que estaba cayendo sobre lo ya caído desde hace un mes en todos los Alpes, el paquetón de nieve acumulado era más que considerable y por tanto con el consiguiente riesgo de aludes en nivel 4 sobre 5. Es decir, que para poder estrenar ruta de ski de montaña después de la sesión de ski en la estación de Sulden, la única opción segura era transitar por lugares con inclinaciones por debajo de los 30º de inclinación...

En previsión de ello, Carlos tenía fichada una montaña por la zona que una vez estudiado su itinerario de ascensión cumplía con las mencionadas condiciones de seguridad. Se trataba del Kalfanwand, una montaña secundaria de líneas suaves que se ubica en el valle de Martell , paralelo al valle de Sulden y punto de inicio de múltiples rutas de ski de montaña. 

Arrancamos con muy buenas expectativas viendo que el día mejoraba por momentos y mucha nieve reciente de la noche anterior. La primera parte fue bastante tediosa atravesando un bosque de abetos en terreno con bastante inclinación aunque por suerte con la huella hecha. Una vez superado el bosque, por fin podíamos contemplar el paisaje circundante que se presentaba espectacular con semejante nevada.


Bien es verdad que la nieve presentaba una costra preocupante pero confiaba en que el sol hiciera su trabajo más tarde. También tuvimos que corregir el rumbo para tomar el camino correcto, pero con un panorama así de guapo a la espalda no importaba echar un poco más.de tiempo.

     



Ganamos altura relativamente rápido aprovechando la huella hasta donde ésta terminaba o mejor dicho, continuaba en descenso de vuelta por la otra vertiente sin la huella clásica serpenteante de bajada. Más tarde averiguaríamos el por qué... A partir de este punto, comenzó el calvario de abrir huella bajo toda la solana que nos zurraba bien y la altura que también se notaba por ser el primer día de aclimatación.




La cumbre parecía alejarse, a pesar de que la pendiente no era fuerte, pero la trinchera para abrir huella era cada vez más profunda  y con ello mayor la deshidratación a tenor de la tremenda sudada que arrastrábamos.


Alcanzada la cresta final, fuimos renqueando cada uno de los tramos escalonados que nos llevó bastante tiempo, hasta que a 30 metros de la cumbre del Kalfanwand (3.061 m) una fina capa de nieve suelta sobre otra dura bastó para no continuar viendo el lugar expuesto con un gran desarrollo de ladera. Así que sin más nos preparamos para bajar que ya era hora...


La primera manga sin duda la mejor con estupenda nieve polvo yendo por el lomo superior de montaña, si bien más abajo se intercalaba  algún tramo donde se trababan algo los skis. 


Saliendo de la cresta en una vaguada recogida, de nuevo pillamos muy buena nieve y fue la última....



Porque a partir del punto donde encontramos el fin de la huella, el tema cambió radicalmente encontrándonos con una nieve costra terrible e indomable que empeoraba por momentos y que nos supuso un esfuerzo titánico para no caer, si bien no nos libramos de quedar 1 vez clavados de morros en la nieve como hacía muchos, muchos años. Más abajo al llegar al bosque, volvía a ponerse la cosa peliaguda  por el escaso margen de maniobra con la peor nieve y el cansancio acumulado que no nos podíamos permitir ningún fallo a riesgo de quedar ensartado en las ramas de los troncos de los abetos....Finalmente terminamos de una pieza maldiciendo las pésimas condiciones que nos encontramos tras una de las peores xatáes que recordamos.  

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