mi visión de la montaña

Subir montañas es la osadía convertida en humildad, bajarlas es la osadía convertida en gratitud

domingo, 16 de abril de 2023

Brañas del Valle de Saliencia

Como el invierno se esfumó tan rápido como vino, no hubo más remedio que adelantar la temporada de BTT, que inicié con Damián por la preciosa ruta de San Melchor de Quirós que había hecho hace años con Patri y Alberto. En esta ocasión yendo sólo me decidí por conocer de cerca todas las brañas de teito del Valle de Saliencia, aprovechando la bici puesto que andando es una buena pateada y para qué no decirlo, disfrutar de los descensos sobre ruedas ya que sobre esquís hasta el próximo invierno nada...
Salí desde el alto el puerto de San Lorenzo (1.349 m), siguiendo la pista de la calzada romana de La Mesa, alcanzando en poco tiempo y con comodidad las idílicas praderías de Piedraxueves (1.541 m). 

A partir de ese punto la pista finaliza y prosigue un sendero que discurre dentro del cajeado primitivo  de la calzada que todavía se adivina por la forma del terreno que va cogiendo altura gradualmente.

Exceptuando los pasos de regueros y algún tramo muy corto que hay que pasar a pie, el resto del camino se puede realizar pedaleando gracias a la suave pendiente del trazado. Así hasta llegar al panorámico collado del Xuegu La Bola (1.624 m), desde el cual se divisa todo el Valle de Saliencia y sus montañas circundantes. Un lugar de parada obligada para recrearse con el paisaje.


Muy cerca de allí, tras un breve descenso llegaba a la braña La Corra (1.580 m) ubicada también en un lugar privilegiado.



Continuando la antigua calzada por un terreno más trailero donde hay que ir sorteando también los regatos, se alcanza sin embargo uno de los tramos mejor conservados donde se puede apreciar aún la perfección de las losas y bordillos de esta vía romana con 2000 años de antigüedad.  

Se atraviesan pequeños bosquetes de abedules y tras ellos el terreno se despeja permitiendo ciclar con más comodidad y disfrutando de espectaculares vistas sobre el valle y las brañas de de la zona media por las que tendría que pasar más tarde.                                                                          



Luego, la calzada romana coge altura hasta llegar al colláu Sedernia (1.644 m) que no quedaba otra que hacerlo a pie, si bien es un tramo corto que se recorre en pocos minutos.


Dejando atrás la silueta afilada de Penanegra , tocaba por fin un largo descenso bien entretenido y conocido, con una parte inicial algo trialera que va mejorando según se avanza hasta llegar a los verdes mayáos del colláu La Magdalena (1.546 m). Aunque no había tiempo más que para concentrarse bien en elegir el mejor camino para la bici, no quita que en las zonas más fáciles pudiera saborear el descenso a la par que de la contemplación del paisaje, siempre espectacular tratándose de Somiedo.



Abandonaba la vía romana para proseguir en acusado descenso por la pista que baja hasta el pueblo de Saliencia. 

Rápidamente perdía altura que luego habría que ganar, pero tocaba saborear el momento, mientras iba pasando junto a las primeras brañas de teito.


Llegados a otro cruce de caminos, finalizaba el descenso tomando el ramal derecho (1.354 m) que comunica a todas las brañas existentes a media ladera.

 
Desde luego que estas brañas de teito son una auténtica reliquia de la etnografía de esta zona, conservando aún ese aire de estilo de vida ancestral que sólo en muy pocos sitios se puede ver.

El camino aunque tiene algún repecho que otro, se rueda bien en bici ya que alterna en su mayoría con tramos llanos y también descensos, lo que me permitía avanzar deprisa con tiempo para pararme a ver cada braña, a cual más bucólica, como esta de El Rebo!!al...

...o la siguiente de Ordiales de Arbellales (1.326 m), con estupendas vistas hacia el Cornón...

Y así avanzando hasta vislumbrar la última braña de Murias (1.350 m), a los pies de la vertiente SE del  Michu y sobre el tajo de la Foz de Gúergola que da acceso al pueblo de Arbellales 


Una vez allí, qué mejor sitio para comer en la mejor mesa bajo un teito con las mejores vistas...


Pero todo lo bueno se acaba y tocaba afrontar la parte más dura de la ruta. No había otra opción que remontar directamente los 300 m hasta el Xuegu La Bola, tirando de la bici por un buen "cuestorro de vaques" que me hizo sudar la gota gorda.

Con paciencia y poco a poco finalmente alcanzaba la braña La Corra y de ahí fácilmente el Xuegu La Bola donde se acababan las penurias...

Desde allí, la vuelta hasta el puerto de San Lorenzo, fue una gozada a través de las verdes alfombras de Piedraxueves y luego por pista que en poco más de 5 minutos ya estaba junto al coche, tras 25 km de ruta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario