Como dicen en Onís: cuando te llama la Peña, o lo que es lo mismo, cuando la caliza te llama es inevitable acudir a la llamada y más en mi caso después de un año sin pisar Los Picos. Había hecho un intento fallido la semana anterior debido a unas obras en la carretera de Los Lagos que la mantuvieron cortada por las tardes-noches. Sin embargo sabiendo que estas obras estaban a punto de finalizar durante el transcurso de estos días, poco me hizo falta para convencer a Damián a embarcarse en una escapada exprés hacia la Peña Santa, que tantos años llevaba debiéndole un visita desde la primera vez. A su vez quizás le costó menos a Damián convencer a Toño para completar la cordada, por lo que para allá que nos fuimos ya muy tarde con el fin de avanzar hacia arriba todo lo posible aunque nos cogiera la noche.