El lunes 4 de abril nos piramos para Suiza con un día revuelto y lloviendo al pasar el puerto del Simpione. El mismo bajo el cual cruza el famoso túnel del Simplón. Llegamos al pueblín suizo de Saas Fee donde se ubica la conocida estación de ski. El día no acompaña y nos da pereza coger el teleférico que nos va a dejar a 3.000 m. Desde allí sólo queda un paseo de ½ hora hasta el refugio de Britannia situado a la misma altura. Arrancamos en medio de una nevada que rápidamente va cesando dejando entrever el fantástico paraje existente entorno a este refugio.
El refugio está muy bien equipado pero para lo caro que es, la comida es muy escasa y nos tienen muertos de fame. No sé como quieren que subamos 4000 con este combustible. Menos mal que la cerveza está a precio razonable y que traemos también provisiones de refuerzo porque sino….Con una "bonita" canción mañanera se levanta a todo el mundo y después de desayunar amanece un día que promete. Podemos ver desde la ventana vemos nuestro objetivo del día, el Strahlhorn de 4190 m.(pto.rojo), previo paso por el Adler-pass a 3800 m.(pto.azul), que es un collado que dá paso a la travesía hacia Zermatt. Sin embargo, algo con lo que no contábamos nos hizo desistir y pero a cambio si pudimos subir el Fluchthorn 3.800,(pto. verde)
Después de perder unos 100 m. para ponerse sobre el glaciar Allalin, nos cogen los primeros rayos de sol, destacando ese precioso pico con ese paredón impresionante y de nombre también impronunciable, Rimpfischorn. Es necesario pararse un poco para saborear y asimilar donde nos encontramos.
Comenzamos la larga peregrinación por este glaciar inmenso donde parece que nos va a llevar una eternidad remontarlo. Poco a poco vamos separándonos buscando cada uno su mejor ritmo, y es cuando al tener una referencia de escala humana nos damos cuenta de lo gigante que es todo lo que nos rodea.
El viento se hace notar cada vez más y mala pinta tiene lo que vemos por las cumbres. A pesar de todo, progresamos bien y vamos alcanzamos por fin el paso del Adler-pass con una vista magnífica hacia el Cervino y el Breithorn entre otros. Sin embargo el viento pasa a ser una ventisca cabreada que no hay quien pare…
Con semejante vendaval cuesta mantener el equilibrio y la sensación térmica cayendo en picado que nos obliga a protegernos con todo lo posible.
Valoramos subir pero justo en ese momento encontramos a un matrimonio suizo que bajaba muy despacio por las huellas de subida y nos comentan que el viento es fortísimo arriba y con la cara que traen se nos quitan las ganas. Además cada vez aumenta más la fuerza de las ráfagas y la ventisca, por lo que bajamos hasta la mitad del glaciar buscando zonas más resguardadas. Después de picar y beber algo por primera vez puesto que se nos había congelado todo, nos fijamos en la falsa cercanía del Fluchthorn, que desde el refugio ya nos había llamado la atención por la guapa pala norte.
Así que mientras todos bajaban de regreso o retirada, como era todavía “nuestra hora”, o sea las 12, nos ponemos a la faena y atravesamos transversalmente el glaciar con otra pequeña pérdida de altura para después remontar otros largos 600 m. de desnivel.
A unos 80 m. de la cumbre la zona se presenta otra vez muy expuesta al viento y limpia de nieve, asomando el duro hielo glaciar. Dejamos los esquíes y nos ponemos los crampones para subir con cuidado aprovechando las pequeñas treguas que daba el viento. Una vez arriba y bien agarrados disfrutamos con la bravura de la cara oculta del Strahlhorn y del macizo del Mt. Rosa. No aguantamos mucho tiempo en la cumbre, pero lo justo para las fotos de rigor y echar un vistazo a la bajada que nos espera.
Descendemos con precaución y nos calzamos las tablas para ponernos a esquiar encontrándonos con una calidad de la nieve, que sin ser para tirar cohetes, hubo tramos muy guapos con nieve polvo venteada en medio de un magnífico paisaje glaciar.
Después de un día duro y sufrido remontamos de nuevo al refugio con una buena panadera en las pìernas con casi 2.000 m. de desnivel acumulado de subida con eso de recorrer glaciar de arriba abajo, y de derecha a izquierda, más collados y pico incluido. Lo bueno fue que nos vino muy bien para aclimatar ya que todo fue por encima de 3.000 m., incluidas unas cuantas cervezas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario