Aramo for ever 2019

Una ventana de buen tiempo para el domingo a partir de media mañana tras una nortiá con la nieve reciente de la noche nos puso en el objetivo la habitual peregrinación al Aramo. Aunque temía que los espesores iban a estar justos, el aliciente de poder disfrutar el powder made in Aramo bajo el sol fue más que suficiente para probar suerte...

Nos juntamos una buena tropa en Viapará (700 m.) con la carretera helada que nos obligó a caminar con las tablas en la mochila 1 km hasta las primeras cabañas donde el espesor era suficiente para foquear. 

Serían los nervios al comprobar que la nieve presentaba un aspecto inmejorable, que llegamos bastante rápido a la curvona previa a la Cueña les Cabres (1.250 m) con una buena sudada y algunas quejas sobre el ritmo "enfermizo"...

Tras la parada pertinente para picar algo, tranquilizamos el ritmo y así aprovechamos a disfrutar del siempre espectacular paisaje del Aramo

Por fin llegábamos a la altura donde se abandona la carretera para dirigirse a la Gamonal,  la cual ya se dejaba ver y con muy buena pinta...

Gracias a las huellas de los que nos precedían, la aproximación y ascenso fueron muy cómodos. Viendo a los primeros esquiadores en catar las maravillas de esta pala final de la montaña, no hacía más que acelerarme involuntariamente el paso...

..hasta que alcanzamos finalmente  la cumbre helada de la Gamonal (1.710 m) en la que como es costumbre hacía un frío que pelaba. No invitaba a quedarse mucho tiempo pero las pocas veces que podemos disfrutar de esta cumbre bajo el sol merecía la pena aguantar un poco allí arriba mientras nos reagrupábamos y nos preparábamos para el gran momento.

Y las buenas expectativas se cumplieron gozando el descenso de esta primera parte con una nieve y relieve perfectos, donde lo difícil era decidir cuándo parar...

Continuamos en transición hasta la gran segunda manga por los consabidos rincones mágicos que guarda el Aramo 

Aquí dimos rienda suelta a nuestras tablas y la esquiada fue de puro carácter "Aramo powder", espolvoreando a escape libre que es como más nos presta. Quizás la novedad este año fue el incremento de velocidad puesto que nuestras piernas echaban fuego cuando parábamos para coger aliento.

De nuevo estábamos en la curvona preparados para el tercer asalto por el bosque. Este tramo fue donde sentimos en algún momento bajo nuestras tablas la escasez de espesor aunque no así de la calidad de la nieve que se mantenía fabulosa. Sin embargo ello no fue impedimento para continuar a velocidades superiores a las habituales...

Nos restaba otra tanda guapa donde a veces la calidad de la nieve se resiente. Pero ese día no fue el caso pudiendo disfrutar esta zona que permite esquiar sin preocupaciones con los espesores ya que debajo es todo tapín.

Para terminar salíamos a la carretera que pudimos esquiar también sin problemas e incluso apurando más de lo previsto de cara a acercarse lo más posible a donde habíamos dejado los coches.

Cerramos así una gran jornada redonda con un día muy guapo, soleado, sin viento, con una esquiada de casi 1.000 m de descenso directo y con una nieve polvo como sólo el Aramo sabe regalar...

Dimos cuenta de ello Alberto, Damián, Patri, Jorge y un servidor para tachar un año más la visita a esta montaña sagrada.