mi visión de la montaña

Subir montañas es la osadía convertida en humildad, bajarlas es la osadía convertida en gratitud

sábado, 26 de enero de 2019

Abedular y Cotalbo

Allá al final de octubre una copiosa nevada histórica nos puso el caramelo en la boca ya que el 1 de noviembre ya desempolvamos las tablas y pudimos Damián y yo quitar el mono por el Picu la Llomba en la estación de ski Fuentes de Invierno. Sin embargo nuestro gozo en un pozo porque como vino la nevada se fue...
Así que tras un periodo muy seco de más de dos meses por fin se abrió el grifo y retornó el invierno. Pero si bien vino con abundante nieve, le siguió una inoportuna lluvia que mermó la calidad de la misma, amén de los innumerables destrozos provocados por el consiguiente deshielo. Pero vamos! habiendo una tregua el sábado ni me lo pensé en escapar y en este caso para la zona de Tarna que poco visitamos últimamente. Viendo el panorama con todas las laderas llenas de aludes y las que no, llenas surcos, optamos por algo sencillo y a mano como es el entorno al Abedular. Partimos pues, esta vez con Patri desde el mismo alto del puertu Tarna (1.486 m) dirección al Abedular.


Pronto nos percatamos de los estragos que hizo el agua pues los surcos en la nieve eran bien profundos y por tanto incómodos para foquear y más para esquiar. Por otra parte mirando para el picu Remelendi llamaba la atención los aludes de gran tamaño que habían arrasado casi toda las laderas de esta vertiente.

Sin embargo, en lo que no había queja era por el espléndido día soleado que aunque frío animaba a ir subiendo a buen ritmo. Y no sólo nosotros, pues los rebecos que vimos subían también ladera arriba disparados como es habitual...y la envidia que dan, la verdad


A pesar de ir por la vertiente sur de la montaña la nieve seguía bien dura y con el fin de darle tiempo al sol para tostarla, al  llegar al collado Cotalbo (1.751 m) se me ocurrió que podíamos continuar cresteando y buscar la bajada hacia el valle de Valdosín. 


El cresteo es sencillo y con buenas vistas a todas partes destacando por su cercanía la mole de Peña Ten.



En pocos minutos ya alcanzábamos la cumbre del Cotalbo (1.767 m) con estupendas vistas a los Mampodres y el entorno de Peña Ten.


Desde la cumbre nos tiramos hasta un collado inferior con buena calidad de nieve pero más abajo ya tuvimos que lidiar con los surcos cada vez más numerosos y profundos. de tal forma que el paisaje más bien parecía el de un desierto erosionado de tierra blanca...


Visto el percal decidimos dejarlo en la cabecera del valle de Valdosín ya que aunque la intención inicial era de seguir hasta el Llobil Cimero no invitaba a ello puesto que las laderas que no estaban impracticable por los aludes, tenían una colección de surcos del agua para todos los gustos...


Así que aprovechamos a hacer la habitual parada técnica para comer algo al sol y resguardados del viento. Confiábamos que a la vuelta el Abedular ya estuviera a punto llegando a la hora álgida del sol.



Volvimos por nuestros pasos y subimos al Abedular (1.816 m) cuya situación aislada ofrece panorámicas fabulosas para todas partes...



Inevitable tirar de zoom y echar un vistazo a Los Picos que ya se presentaban bien cargados por lo que se refiere al Cornión


Acabado el "photocall" nos lanzamos por la ladera sur pillando sin duda la mejor nieve del día que por lo menos para quitar un poco el mono valió.. Después ratoneando con un poco del típico "ski all road" Cantábrico enlazamos el resto del descenso hasta acabar en la carretera muy cerca del alto del puerto de donde habíamos empezado.


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