mi visión de la montaña

Subir montañas es la osadía convertida en humildad, bajarlas es la osadía convertida en gratitud

domingo, 29 de junio de 2014

vuelta a La Forcada y Banduxu


Seguimos en buena racha para las rutas en MTB, con buena meteorología y gratas sorpresas. Como el pronóstico del tiempo era tirando a malo para La Cordillera, se me ocurrió probar zonas que conocía de ir de monte a pie pero que en su momento me parecieron factibles también para la bici. Una de ellas era dar la vuelta a La Forcada  por La Co!!á d'Aciera, partiendo desde Proaza (183 m.) , pero como se iba a quedar corta pues añadir la subida al pueblo de Banduxu y bajar por el camino primitivo. Como siempre, planificando sentado con el ordenador tiende a verse las rutas bastante menos costosas que lo que resultan en la realidad, pero como no aprendemos seguimos "errando" con gusto una y otra vez....y nada más desviarnos en Vi!!amexín (300 m.), comprobamos la cruda realidad retorciéndonos por las duras rampas que suben hasta La Co!!á d'Aciera (660 m.).



Fueron suficientes escasos 5 km. para llegar arriba resoplando, colorados como tomates y con las camisetas pingando como si nos hubieran tirado un caldero de agua. Sin embargo el esfuerzo merece la pena por la guapísima panorámica que hay desde allí. 



Acabada la necesaria pausa, le propuse a Alberto obviar el camino principal que baja a Aciera, porque me parecía incómodo y difícil de ciclar. Más aún después de la lluvia caída del día anterior. Así que por un senderín precioso, casi sin perder altura vamos faldeando los farallones de La Forcada


Incluso subimos unos metros para asegurar el resto del descenso y evitar en lo posible los tramos no ciclables. Confiaba en que no me traicionara la memoria y hubiera acertado en pensar que merecía la pena escoger ese camino para bajar con la bici. Sin contar el  lujo que supone admirar este paisaje con todo el valle de Quirós en frente y las Ubiñas al fondo....
Acabamos de rodear unas murias y ya por fin tocaba descender, no sin antes cumplir con el ritual de preparación previa: bajar el sillín, "abrir" suspensiones, poner el casco, etc...


La primera parte, salvo dos sitios puntuales entre rocas donde hubo que bajarse, fue de lo más guapo que pueda recordar recientemente, con toda la variedad de terreno posible para divertirse con la bici. La segunda parte salvo el inicio donde no nos arriesgamos con los primeros metros después si lo hicimos con el resto en medio de un estrecho sendero trialero muy guapo.


Rápidamente llegamos al guapo pueblo de El Llano (440 m.), punto de partida para acceder a la famosa escuela de escalada de Quirós. El resto del trayecto ya por empinada y sinuosa carretera hasta Aciera (410 m.) y de ahí hasta el área recreativa situada en la orilla del embalse de Valdemurio (350 m.), donde aprovechamos para hacer una parada y comer algo.


Tras el vermú, continuamos por la cómoda Senda del Oso descendiendo hasta el punto de inicio en Proaza (183 m.). Después salimos a la carretera en busca de la desviación hacia Banduxu, donde comenzaba la larga subida hasta este recóndito pueblo. Esperaba una subida dura, pero no tanto porque no aflojaba en ningún momento.


A menos de la mitad del camino llegamos al coqueto pueblo de Proacina (533 m.)  único sitio donde poder llanear más de 100 m. seguidos.



En cambio, la dureza era directamente proporcional a la belleza del entorno con vistas cada vez más guapas. Pasamos de largo el pueblo y nos dimos un descanso a la sombra cuando faltaba todavía la otra mitad del trayecto de subida.


Pero lejos de suavizarse la pendiente se mantenía igual y para rematar una desmoralizante pérdida de altura a la que le seguía el tramo más duro de la subida. Suerte que al alcanzar una de las revueltas había una buena excusa para hacer un alto en el camino y asomarse a este espectacular mirador sobre el impresionante tajo de las foces de Penasxuntas, por donde habíamos pasado poco tiempo antes.




Sólo quedaban escasos 2 km. para llegar al alto, pero sin duda fueron los más duros ya que nos obligaba a ir culebreando la carretera puesto que la fuerte pendiente dejaba patente que llevábamos el depósito en reserva y pitando. A pesar de ello no nos impedía disfrutar del estupendo panorama.


Por fin coronamos y comenzamos de nuevo un veloz descenso no sin tener serias dudas de sí sería el último y definitivo antes de llegar a Banduxu (700 m.). Afortunadamente así fue y aliviados paramos a comer a la entrada del mismo en un balcón de espectaculares vistas sobre este pueblo perdido entre un mar de montañas y bosques.


El bocata nos duró un suspiro y la digestión la dejamos para la potente bajada que nos esperaba. De nuevo todo el protocolo de los preparativos previos y bajamos caleyando por empinadas rampas hasta el centro del pueblo donde hicimos la pertinente parada cultural para ver la famosa torre medieval de Banduxu.


Seguimos bajando por el pueblo y preguntamos para asegurar y coger el camino correcto. Nos dijeron unos paisanos que eran 2 km. muy pendientes y para ir un con cuidado con la bici. Efectivamente no podía ser de otra forma, rápidamente aquello se ponía pindio y entrábamos en el camino primitivo de acceso al pueblo con una buena ortigada en las piernas. Como me habían dicho hace tiempo el camino es precioso, encajonado a través de una jungla de bosque autóctono junto al río Banduxu que se precipita con múltiples cascadas. En cuanto a la bici, decir que es una de las mejores trialeras, bastante técnica y que sin una bici con doble suspensión no podría hacerla entera sobre la bici o sin caer al río...






...y tras 2 km. largos de tensión y concentración acabamos en la Senda del Oso en su variante hacia Teverga. Agradecimos el suave y cómodo descenso otra vez hacia Proaza para relajar los músculos.
Como suele pasar muchas veces, estas salidas improvisadas que parecen servir a priori nada más que para salir con la bici y entretenerse, acaban resultando estupendas rutas al nivel de otras más importantes e incluso más exigentes.


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