Una año más, después de la sequía del año pasado, nos damos cita con el Aramo después de las fuertes nevadas de las últimas semanas. El día no nos iba a dar concesiones puesto que salimos de casa lloviendo y tras una pequeña pausa cuando aparcamos el coche un poco más allá de Viapará nos nevó con ganas hasta llegar a La Cueña les Cabres. A partir de ahí con niebla cada vez más espesa y ventisca al encumbrar la Gamonal (1712 m.) donde "para variar" hacía un frío de mil demonios. El descenso a tientas de la primera parte nos restó poder disfrutar de una nieve muy guapa, pero al salir de la niebla comenzó el espectáculo sin igual que ofrece este descenso directo de 1.000 m. hasta cerca de Viapará (700 m.).
Por fin Alberto pudo saborear las virtudes que tantas veces le contamos acerca del Aramo. Como diría Carlos: "Aramo for ever and ever..." y en el recuerdo unas fotos de Damián de la primera y mayor polvareda allá por el 2005 con una nevadona de escándalo.
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