mi visión de la montaña

Subir montañas es la osadía convertida en humildad, bajarlas es la osadía convertida en gratitud

domingo, 29 de enero de 2023

Valle las Mollás y Puertos de Cerreos

El día anterior por el Aramo y en pleno temporal, pudimos catar por fin nieve polvo, aunque a tientas, debido a la nevada que no dio tregua y sobre todo a la niebla persistente. Por eso, con el veneno ya metido en sangre, a pesar que el día siguiente no pintaba bien, un vistazo a las webcam, hizo que preparara los bártulos muy tarde al mediodía porque algo me decía que no perdiera la oportunidad de probar suerte…. 

Me vino a la mente el Valle las Mollás, que subí en una ocasión con raquetas de nieve y que efectivamente tenía buena pinta para esquiar tal y como dice el libro de Adrados. Además con nivel 3 de avalanchas, mejor optar por zonas de pendiente suave como es este valle. Ya era tarde cuando llegué con un llenazo de gente tremendo y un sol radiante sobre un mar de nubes. Salí más tarde todavía al tener que palear nieve para aparcar la furgo cerca del cruce para Tuiza Riba porque la carretera presentaba un gran planchón de hielo en la rampa inicial. Así que tuve que salir foqueando desde allí (1.100 m) alcanzando rápidamente el pueblo que estaba de postal con la nevada reciente.


Tiempo hacía que no atravesaba Tuiza Riba con los esquís puestos, disfrutando del paisaje alpino espectacular que brindan Las Ubiñas con nieve. 



Abandoné pronto el camino de invierno hacia el refugio del Meicín, para dirigirme a Las Cabanas en plena soledad con la única compañía de las huellas recientes de un lobo…


Pasada la braña, el paisaje engrandecía con el mar de nubes jugueteando hacia arriba y hacia abajo. Solamente pensaba que menos mal que me había decidido venir, si bien arrastraba una buena sudada al ir abriendo huella y a contrarreloj por las horas que eran… 






                                                                                 
Tras coronar el valle, entraba en los Puertos de Cerreos que al estar expuestos al viento dejaban aflorar un hielo durísimo al que las cuchillas les costaban entrar. Así que tuve que ir enlazando lenguas de nieve polvo venteada hasta por fin alcanzar el collado 1.994 m al pie de la Peña Cerreos.

El viento helado que allí soplaba no invitaba a quedarse y tras sacar un par de fotos me resguardé detrás de un roca mientras veía un rebeco enterrado correr monte arriba al galope.


El desgaste que arrastraba me recordaba la necesidad de reponer fuerzas, durándome el bocadillo un suspiro. A continuación inicié el descenso por los Puertos de Cerreos, culebreando para ir enlazando las lenguas de nieve reciente entre campos de hielo. Más abajo entrando en el Valle de las Mollás, al estar más resguardado, mantenía nieve polvo reciente muy buena que me permitió recrearme esquiando a placer al mismo tiempo que disfrutando de este rincón salvaje de Las Ubiñas.







Alcancé rápidamente la braña de Las Cabanas, continuando hacia el camino de invierno, que evité para seguir encadenando la esquiada por los praos que desembocaban en Tuiza Riba. Luego un poco de caleyeo-ski, hasta apurar a la carretera que ya estaba limpia. Para acabar restaba un breve paseo hasta el cruce contemplando la espectacular estampa que ofrece el trio característico de cumbres emblemática de la La Tesa, La Mesa y La Almagrera.

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