Mucho se hizo de rogar este invierno con un comienzo totalmente anómalo, pero al final llegó a tiempo con abundantes nevadas y luego una inoportuna lluvia que se llevó bastante nieve. Aun así, había de sobra para comenzar y optamos por inaugurar temporada en Somiedo aprovechando que la nieve llegaba todavía hasta la altura del Valle de Lago (1.280 m).
Inicié pues, junto con Damián, la ruta dirección a la braña Sousas por el camino habitual disfrutando del paisaje nevado que tanto ansiábamos ver.
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Llegamos a la braña Sousas (1.400 m) situada en un circo rodeado de picos escarpados y que bien merece una parada para admirar sus construcciones tipo iglús de piedra, toda una obra de ingeniería de construcción.
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Tras la pausa reanudamos la marcha bajo la sombra del pico Muñón, dirección a la salida natural que lleva al pueblo de La Cueta. Este tramo nos dio algo de guerra en la parte final sorteando el hielo que afloraba cada vez más.
Llegando arriba, dejábamos a nuestras espaldas un paisaje espectacular de picos afilados que invitaban a futuras investigaciones. Sin embargo, pronto nos dimos cuenta que el día no estaba para florituras a tenor del manto nivoso que se presentaba cada vez más duro y marcado con profundas canaletas características de la acción de las lluvias pasadas. |
Al mismo tiempo vimos que su compañero bajaba hacia él con cuidado y otros dos montañeros que también bajaban pero desde más arriba. |
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Apareció por fin el helicóptero y nos mantuvimos a la espera de ayudar en lo que nos requiriera el equipo de rescate. Hicimos de enfermeros improvisados y subimos al herido que fue evacuado rápidamente. Según el médico no presentaba a priori lesiones graves el herido si bien le quedaba una larga recuperación de por medio. |
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Pasada la tensión del momento, aprovechamos a comer rápidamente puesto que nos quedaba un largo y complicado retorno viendo el percal del estado de la nieve y con la tarde ya avanzada.
Remontamos de nuevo el collado El Muñón y descendimos esquiando poco a poco debido al relieve tan incómodo y al hielo, lo que nos supuso un buen recalentón de piernas hasta llegar de nuevo a Valle de Lago con las últimas luces de la tarde, finalizando así un día movido que a pesar del incidente, la parte buena fue el recordatorio para estar siempre atentos en la montaña y refrescar el protocolo de rescate.
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