mi visión de la montaña

Subir montañas es la osadía convertida en humildad, bajarlas es la osadía convertida en gratitud

martes, 8 de diciembre de 2020

comienzo de temporada: Aramo y San Isidro



Buen regalo para el "puente de La Constitución" que pese al mal tiempo, nos permitió una escapada exprés a nuestra "Meca particular" que es el Aramo. Fue breve pero nos valió para quitar el mono ya que aunque los espesores no daban aún para aprovecharlo al completo, la calidad de la nieve fue muy aceptable.

Las 2 semanas siguientes el tempo primaveral se llevó gran parte de la nieve, pero una borrasca muy breve pero con bastante frío nos devolvió parte  de la nieve robada. Así que metidos ya en fechas navideñas la opción más clara como suele pasar fue el puertu San Isidro. Allí me encontré camino del picu La Llomba con Patri y Jorge que habían madrugado más. En la esquiada pude pillar nieve polvo pero también alguna que otra piedra. Fue por ello que me decanté por la vertiente opuesta para exprimir el día que era espléndido.



Creo que nunca vi tanta gente por estos lares. Se notaba que había ganas de nieve y montaña...más aún durante este año tan convulso. Echando cuentas, si me espabilaba podría hacer el ya clásico doblete de los picos Valmartín y Vallinas


La marcada huella existente favoreció que a pesar de la lejanía me plantara muy rápido bajo la arista  del Valmartín , al que subí al mismo ritmo sorprendiéndome la tropa de gente que había todavía a esas horas en su cumbre. No obstante todos ya estaban a punto de bajar cuando llegué, por lo que pude disfrutar de la cumbre en soledad, aunque el intenso frío no invitaba a quedarse precisamente.


Como siempre desde este pico, panorámicas hay como para echarse horas mirando, pero las ganas por esquiar su estupenda pala sur podían más. Si bien la nieve polvo había transformado un pelín, no fue impedimento para disfrutar de giros largos y rápidos por la máxima pendiente.



Más abajo y hasta llegar el fondigón que hay entre las dos montañas, la nieve conservaba su calidad polvo que fue toda una delicia. Volví a poner pieles y para arriba sin parar hasta la fotogénica cresta cimera del Vallinas.



Curiosamente llegando el final de la tarde, la brisa que cortaba de frío, desapareció y con los últimos rayos de sol se estaba tan bien allí arriba que me regalé un buen rato para recrearme con la vista al picu Torres, ajeno al paso de los tiempos como todo lo que le rodea, salvo un  servidor que se veía allí sentado igual que muchas otras veces pero con más años...

Sin prisa me preparé y  comencé el descenso buscando para bajar alguna zona sin tocar....algo casi imposible ese día. La nieve pasable aunque no tan buena como en el Valmartín, se dejó hacer y buscando las zonas más favorables con alguna remada que otra fui acercándome a la Raya con un atardecer de luz ártica.


No estuvo mal la jornada ni mucho menos con un recorrido largo por zonas bien conocidas del puirtu pero siempre recomendables para iniciarse en la montaña invernal.


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