Hacía tiempo que tenía en cartera esta ruta por tierras de Tineo con el fin de ampliar horizontes por el "farwest asturiano" y de paso probar un tramo de la ya famosa gravity zone donde se organizan competiciones de MTB enduro. Para enlazar con dicho tramo, siguiendo la ruta senderista que lleva al dolmen de Merillés se puede completar una vuelta circular no muy larga ni muy exigente en cuanto a esfuerzo. Así que partimos del guapo y señorial pueblo de Tuña (229 m) Alberto y yo siguiendo la carretera que asciende suavemente hacia Merillés en una mañana soleada pero bien fría que nos pilló de sorpresa.
Sin embargo, una vez ciclando por las empinadas caleyas de Merillés (450 m) desapareció el frescor para empezar a sudar en condiciones. Sobre todo al comenzar la pista que sale del pueblo en dirección al dolmen que nos hizo sin dudar echar pie a tierra unos metros hasta que la pendiente apaciguaba algo y nos dejaba continuar ya de nuevo encima de la bici.
Continuamos ascendiendo por buena pista y buenas vistas hacia el pantano de la Barca y las montañas más lejanas de Tineo.
En poco tiempo pasábamos por El Carbayal (700 m) que se abre con amplios pastos en esta gran zona ganadera como pudimos ir comprobando después.
La pista toma en este punto rumbo sur ascendiendo la amplia ladera alfombrada del Alto de Reigada donde pudimos ver una grupo de caballos Asturcones. Un pequeño tramo muy roto de la pista lo hicimos andando para después volver a montar en un cruce donde el camino llanea faldeando la ladera hasta colocarnos unos metros más abajo de la ubicación del dolmen de Merillés (790 m) que alcanzamos rápidamente.
Un panel explicativo habla de este dolmen que ahí está viendo pasar el tiempo desde hace 3000 - 4000 años. Nada más y nada menos. La verdad que se conserva intacto y sorprende su tamaño y su ubicación cuya panorámica es la mejor que disfrutamos ese día.
Después de la visita proseguimos ascendiendo hasta conectar con otro camino paralelo al anterior y a la cota de 820 m dando vistas a Tuña, enlazamos con el sendero que atraviesa la ladera oeste del Alto de Reigada.
Este tramo que mantiene la cota con apenas subidas y bajadas, se dejaba ciclar bastante bien avanzando hacia al sur en busca del collado previo a la bajada. Aprovechamos dicho collado con buenas vistas hacia el valle de Genestaza para realizar una pausa y comer algo.
Tras el descanso iniciamos el descenso que en esta primera parte se trata de una larga diagonal con buena pendiente y aunque pedregosa se dejaba rodar sin problemas. El camino se interna en zona boscosa divertida de pilotar que lleva al pueblo de Espinaredo, pero antes de llegar al mismo tomamos un marcado cruce a la derecha.
Continuamos descendiendo siempre por sendero entretenido que nos valió para ir calentando de cara a lo que nos venía después. Llegábamos así al caserío de La Faxa (525 m)
Continuamos ya en retorno con rumbo norte por un camino bien marcado que coge altura en un breve repecho que hay que hacer caminando entre un bosque de castaños y robles muy guapo hasta salir a zona más despejada ya en llano con buenas vistas hacia el valle de Genestaza.
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El camino siempre fácil y cómodo de rodar atraviesa luego un bonito pinar que antecede al comienzo del tramo de MTB enduro.
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A partir de este punto comenzaba el descenso que afrontamos de menos a más según nos íbamos soltando. Una primera parte sin ir encendidos fue entretenida hasta salir del pinar en el cual hay otro cruce que hay que tomar hacia la izquierda.
La pendiente aumenta pero el sendero se presenta muy limpio y con buen agarre, con lo que la velocidad aumenta a la par que el divertimento al combinarse con dos buenas "paellas" que piden más caña...
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Llegaba entonces el tramo más guapo y el que más nos prestó al ser el tramo más rápido y largo entre zonas despejadas intercaladas con bosque por un camino precioso perfecto para disfrutar como guajes del descenso con BTT.
A continuación le seguía un tramo más rocoso y empedrado algo más técnico pero que con la alegría con que veníamos nos lo tomamos de frente y con poco freno...Hay que felicitar la iniciativa de los que se encargaron de rescatar y limpiar estos caminos olvidados porque merecen mucho la pena. Como única pega diría que estaban tiradas y sin recoger las bandas de plástico de balización usadas para la competición. Finalmente terminamos este tramo tan guapo y salimos por una caleya a la altura de Torayo (325 m). Solamente nos restaba bajar ya por carretera 2,5 km hasta Tuña, cerrando este recomendable circuito.
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