Entonando previamente para coger forma por los múltiples caminos y senderos tan buenos para el MTB que tiene el Naranco, llegó la hora para realizar una actividad más larga y exigente. La idea me vino al ver este cartel informativo en territorio de Ribera de Riba acerca de la "Senda de los 20.000 pasos" que va desde Uvíeu a la Madalena. Aunque esta ruta ya la había hecho con Alberto hace años, me quedaba pendiente probar a cerrar la vuelta completa a la montaña, por la que es sin duda una de las rutas más guapas que se pueden hacer caminando por el conceyu de Morcín.
Así pues, saliendo de casa ciclando por la senda del Parque de Invierno (250 m), una vez llegados a La Manjoya (180 m) hay que salirse de la senda para alcanzar el alto del Caleyu (225 m). Desde allí , descender a Güeñu (118 m) mientras se deja ver el objetivo del día todavía muy lejano y alto. Pasando más adelante por Las Segadas, se toma la desviación hacia Soto de Ribera (130 m) pero sin entrar al pueblo hay que girar a la izquierda para continuar hasta Argame (132 m). A partir de este punto no queda otra que continuar 2 km por la nacional N-630 llaneando y con buen arcén hasta desviarse a Santolaya de Morcín (140 m) .
Comienza aquí la ascensión importante del día por la carretera que sube suavemente en hasta el desvío hacia La Collá donde la cosa cambia notablemente con una pendiente moderada pero mantenida que se me hizo más dura de lo previsto por el calor del mediodía y la humedad del bosque por el que transcurre la carretera...
Comienza aquí la ascensión importante del día por la carretera que sube suavemente en hasta el desvío hacia La Collá donde la cosa cambia notablemente con una pendiente moderada pero mantenida que se me hizo más dura de lo previsto por el calor del mediodía y la humedad del bosque por el que transcurre la carretera...
Alcanzo poco antes de La Collá (400 m) el inicio de la ruta senderista que asciende a La Madalena por esta vertiente. Sin duda este inicio es la parte más dura donde no queda otra que debido a la fuerte pendiente hay que ir andando tirando de la bici por una pista pedregosa primero por un tramo breve de bosque para salir a zona despejada donde el sol castigaba sin piedad.
Por suerte el borrín del Aramo que se extiende siempre a La Madalena nubló y refrescó el día con el consiguiente alivio para "mi motor" que iba bie recalentado. Aunque la pista de grandes zig-zag se convierte en un sendero serpenteante, la pendiente afloja algo y salvo la incomodidad de ir tirando y cargando con la bici en algún tramo, la buena temperatura lo hizo más llevadero.
El esfuerzo se iba viendo recompensado con la ganancia de altura disfrutando de estupendas vistas a pesar de lo nublado del día.
Poco más arriba el sendero se ensancha de nuevo y la pendiente se suaviza permitiendo incluso ciclar los últimos metros hasta alcanzar la primera capilla (863 m)
Precioso este rincón donde se ubican estas capillas llenas de Historia y que este día se presentaba como es habitual en esta época con una estampa bucólica llena de ganado de toda clase pastando tranquilamente...
Mientras comía algo y sobre todo bebía, me entretuve mirando por un lado, la segunda y particular capilla de planta octogonal, y por otro a tres mastines grandes como xatos que se acercaban como no!, a golifar al visitante y que pese a lo que intimidan estos animales como digo siempre dejando que te olisqueen para que comprueben que no eres ninguna amenaza para el ganado que cuidan pasan de ser fieros leones a los mejores amigos. Pasado el pertinente control asistí atónito a la carrera que se echaron dos de ellos tras tres xatinos que insistían en darles trabajo por salirse de la zona de control y que a su vez me dejaron impresionado por la velocidad y agilidad que tenían a pesar de ser muy pero que muy jóvenes...Todo un espectáculo.
Doy por terminado el descanso y prosigo ya montado en la bici subiendo la última rampa para alcanzar el collado culmen del día 905 m sobre el Mayau Les Capilles. El día no permitía la visibilidad de la espectacular panorámica que se divisa destacando la cercanía de Uviéu pero también de Xixón y el mar Cantábrico. Valga esta foto rescatada de otra ocasión en un guapo día de Seronda:
Me despido de este rincón tan guapo e inicio el ansiado descenso después de tanto subir. Sin embargo, poco después iba notando que la rueda trasera provocaba excesivos derrapes en las curvas comprobando que efectivamente había pinchado. Poco duró la alegría de la bajada pero son gajes del oficio y no está uno para quejarse porque poca guerra da la bici para la tralla que lleva...
Me tomo mi tiempo en la reparación ya que revisando la cubierta encontré hasta 4 pinchos que la habían traspasado. Bastante aguantó la cámara que por lo menos llevaba 2 años sin cambiarla...
De nuevo puesto en modo descenso, tocaba bajar el tramo de las zetas con sus buenos cuestorros donde no hay que despistarse ni un segundo porque la bajada es más técnica de lo que parece.
En un suspiro estaba ya atravesando les caleyes de Los Llanos (600 m) para salir a la carretera que baja a Otura (500 m ) y que abandono pronto para internarme por un camino bien guapo que une con la parte alta del pueblo.
De nuevo hay que tomar otro desvío a la izquierda por un camino ascendente que termina siendo sendero. Aunque obliga a echar pie al suelo este tramo es corto pasando a una zona de llaneo ciclabe una vez atravesado el bosque y bajo los paredones de la escuela de escalada de Otura.
El sendero es muy cómodo porque va ganado altura poco a poco, permitiendo a su vez disfrutar de buenas vistas sobre La Foz. No obstante en los últimos metros no queda otra que ir caminando al tener que atravesar una zona rocosa donde el sendero va bien armado.
De esta forma se gana un colladín del Cantu la Sierra (550 m) donde hay situado un pequeño repetidor de TV. Se contempla desde esta atalaya la mejor panorámica de este agreste valle de Morcín entre las verticalidades de la Peña el Castiellu en primer plano y Peña Manteca, Reconcos y Frechura en frente. Abajo por su parte, destacan las poblaciones de La Foz y Les Maces
Hasta este punto iba todo según lo previsto. La incógnita era desde aquí hasta La Collá. Es decir, a ver si era lo suficientemente ciclabe el sendero como para que mereciera la pena tal y como me había parecido las otras veces que había pasado por allí andando. Sobre todo en su primera parte que es la más delicada y expuesta...
Salvo un par de pasos muy cortos pude ir bajando no sin dificultad y tensión porque el senderín es estrecho, pendiente y con piedra salpicada que no permite errores si no quieres acabar rodando hasta el pueblo de La Puente 350 m más abajo...El siguiente tramo antes de entrar al bosque es más trialero y la espesa vegetación impide cualquier floritura por lo que de forma intermitente lo pasé caminando.
Por suerte es un tramo corto y al internarse en el bosque el terreno mejora radicalmente, siendo sin duda este el tramo más guapo y divertido del día.
Se alcanza rápidamente un cruce donde hay que continuar recto por un camino ancho que según la época puede haber bastante barro pero que este día no fue el caso. Como el camino continua llaneando y bajando se va deprisa y da pena que se termine al llegar a las cuadras de La Boza.
Cruzando una portilla prosigue el camino hasta alcanzar el pueblo de La Collá (400 m), cerrando el bucle entorno a La Madalena
Para no volver por la misma carretera opté por el rápido descenso tomando la carretera que une los pueblos de Figares, Calvín y finalmente de nuevo Santolaya (140 m)
Sólo me restaban 12 monótonos km por carretera para llegar a casa que valieron para que les pates acabaren de llegar guapes.
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