mi visión de la montaña

Subir montañas es la osadía convertida en humildad, bajarlas es la osadía convertida en gratitud

sábado, 13 de abril de 2019

NE del Nogales y picu del Osu


Una vez más me veo caminando partiendo desde el Fielato (1.275 m) hacia el puirtu La Braña en busca de la nieve y con la intención de saldar cuentas pendientes de hace años con el picu Nogales. Las últimas nevadas valieron para recargar las montañas, si bien la cota donde empieza la nieve está ya por encima de los 1500 m , así que tocaba portear un cacho pasada Brañarreonda. 
Con sorpresa comprobaba que no era el único que se había decido por esta zona porque me alcanzaban los primeros de un grupo numeroso de esquiadores antes de llegar a la collá Vildoso (1.572 m). Siempre que anduve por este rincón perdido de la montaña allerana la soledad era plena. Sin embargo esta vez  voy entre medias del grupo el tramo que bordea el bosque.

El camino coge algo del altura para rodear los contrafuertes del picu Fuentes y al poco aparece esta joya escondida de cumbres, bosques y mayaos con un ambiente de naturaleza salvaje típico de La Cordillera Cantábrica.


Tras unos flanqueos descendiendo unos metros con nieve dura de la xelá de la noche, llegamos a los guapos mayeos de Fuente Baxu (1.600 m) rodeados por los paredones tan estéticos de los Castillones.



Tocaba remontar de nuevo para subir y ganar el collado (1.814 m) que une la Peña del Alba con el Picu del Osu. Desde allí se podía divisar perfectamente el estado de la cara NE del Nogales con sus múltiples canales...



A partir de este punto me separaba del grupo que se dirigía al Picu del Osu, buscando la línea de cota que me llevara al colláu Nogales (1.919 m), el cual alcancé en poco tiempo.


Con estupendas panorámicas tanto hacia el puertu Vegará como para la zona por donde había subido comencé el largo cresteo primero superando la ante-cumbre llamada también Nogalín y después la propia cresta del Nogales.


Finalmente y apurando unas huellas antiguas de otro esquiador alcancé esta alejada cumbre del Picu Nogales (2.074 m) que al igual que sus vecinos ofrece tremendas panorámicas.


Como había llegado en buen horario y la temperatura era buena aproveché a tomarme un tiempo allá arriba para recargar energías y echar un vistazo a la bajada que no me acababa de convencer por el estado de la nieve, viendo las huellas del anterior esquiador.


Una vez listo y con el airbag armado por si las moscas, me asomé al borde para ver por donde atacaba la primera parte con un muro bien pindio que conecta con el corredor central por el cual había bajado el otro esquiador y que ya en su base presentaba restos de una avalancha pequeña.


Pues fue empezar a bajar cuando ya comprobaba lo que me temía porque la nieve no estaba para aguantar a nadie, así que haciendo una gran curva tumbado y bajando a toda pastilla pude atravesar el muro y salirme de la trampa perniciosa ya que toda la nieve reciente de los días pasados se marchaba corredor abajo formando un alud nada deseable.


Solventado el apuro, todavía me quedaba improvisar una salida por el laberinto de corredores y canales que según bajaba presentaban cortes con barreras rocosas sin continuidad de nieve. Así que escalonadamente fui buscando la salida por las zonas más sombrías con nieve más estable aunque más estrechas y pindias.


Llegado a un punto que no veía bien, tuve que apañarme con las estrecheces de una canaleta muy inclinada donde tras un giro había sitio justo para el largo de mis esquís por lo que no me quedó otra  que dejarme bajar derrapando lo justo para salir disparado a la parte baja del corredor ya más ancha y hacer giros rápidamente para poder dejar atrás toda la nieve que iba. cayendo...



Conectaba así con otra canal más ancha con una nieve "enganchona" pero que sin problemas terminaba así esta delicada y dificultosa andadura por la escarpada cara NE del Nogales, con la cual no tengo suerte ya que la primera vez que la intenté me tuve que salir "por peteneras" hacia arriba porque en este caso me la encontré como el mármol toda helada como un iceberg.



Vuelvo a poner pieles con sabor agri-dulce, para remontar desde el mayeu Nogales (1.708 m) al collado anterior entre la Peña del Alba con el Picu del Osu. Allí veo a otro grupo de esquiadores subiendo hacia el Picu del Osu y viendo que hay buena huella hasta arriba pues decido tirar también para allá a ver si por la norte de este pico tenía más suerte con la nieve.


Pensaba que el cansancio me iba hacer mella pero la verdad que poco a poco y sin parar subí bien, alcanzando al grupo antes de la cumbre del Picu del Osu (2.021 m) desde la cual tenía una buena perspectiva de la esquiada anterior por el Nogales.




De nuevo en esta cumbre que no volvía desde aquella accidentada exploración con Alberto por Los Castillones. Sin embargo, esta vez tenía la intención de probar la N-NE de este pico que tan buena pinta tenía...Y así fue. Estupendo descenso donde encontré incluso nieve polvo fría hasta las faldas de la montaña transformando deprisa a primavera pero muy tratable.





Más abajo, descendiendo de nuevo a los mayeos de Fuente Baxu (1.600 m), la nieve estaba ya muy pesada por los efectos del sol que ya calentaba fuertemente, aunque lo compensaba por el ambiente alpino tan guapo bajo los farallones de Los Castillones.




Apurando hasta llegar al punto más bajo, daba pereza emprender el largo retorno aunque valía para olvidarse contemplando las vistas tan guapas de todo lo andado y esquiado...


El calor que apretaba bien y se hizo duro tener que remontar por encima de la collá Vildoso con el fin de conectar con la mejor  bajada directa hacia Brañarreonda aprovechando así al máximo la poca nieve que resistía en las zonas bajas.


Me restaba aún 1/2 hora de porteo ya cansado hasta el Fielato finalizando así una fructífera jornada de esquí primaveral.

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