Ya pasaron tres años desde la última entrando por Fuente Dé para esquiar por Los Picos. Esta vez lo dejamos para sólo un día y hacer una vuelta clásica pero guapa por esta parte del macizo. Lo peor, como siempre, el barullo de gente que cada vez es mayor por esta zona, y juntando a eso la pésima gestión del teleférico con colas infernales y un horario vergonzoso nos ponemos por fin las tablas Damián y yo en El Cable (1.834 m) a las 10:40.
Por suerte la noche fue fría con -2,5ºC a esas horas y la nieve con una buena xelá. La gran cantidad de nieve que todavía tienen Los Picos también ayudó a progresar rápidamente camino de La Vueltona (1.960 m.) mientras podíamos ver bien el camino de vuelta por La Padiorna y un poco más adelante los puntos de paso de esta travesía.
La romería de gente afortunadamente se iba dispersando, tirando muchos para La Canalona y el resto diseminados hacia Cabaña Verónica.
En el fondo de los jous el sol apretaba pero al coger altura y acercarnos a "la frontera", tras la cual Los Picos cambian de registro, soplaba un aire frío que mantenía todavía la nieve muy dura al sol. De hecho pusimos cuchillas desde el principio y no las apeamos hasta la penúltima subida del día.
Rápidamente, sobrepasamos el refugio de Cabaña Verónica (2.325 m.) porque el airón frío y molesto no invitaba a parar y continuamos hasta buscar el resguardo de los Hoyos Sengros.
A esta cota ya asomaban los grandes de Picos recién nevados y sumergidos todavía en ambiente plenamente invernal...
No dudamos en aprovechar el corto descenso a Hoyos Sengros, quitando pieles y esquiando los tramos de nieve reciente que se acumulaba en las zonas protegidas del viento. Así tras poco más de un par de minutos ya estábamos apurando la pendiente hasta el fondo del jou donde ahora sí hicimos una parada para comer y calentarse al sol bajo los paredones del Tiro Llago. Con la barriga llena reanudamos la marcha camino de Torreblanca siguiendo el goteo de gente que ascendía a esta concurrida montaña.
Se nos hizo notar la falta de aclimatación foqueando en pendiente por encima de los 2.500 m, aunque a ritmo pausado alcanzamos sin problema el collado previo a la cumbre donde se suelen dejar los esquís.
Como esta cumbre la conocemos bien y viendo el mogollón de gente que subía y bajaba, (algunos con mucha inseguridad debido al hielo) optamos mejor en no perder el tiempo y tomar ventaja descendiendo para salirnos definitivamente de "la multitud". Desde este collado asomaba el Torrecerredo, el jefe de Picos con silueta inconfundible en contraste con el Mar Cantábrico.
Nos preparamos para el descenso que se presentaba con una nieve cambiante heterogénea salpicada de tramos de nieve dura al principio con otros de nieve polvo venteada.
Sin llegar al fondo del jou nos desviamos a la derecha para seguir descendiendo por los jous bajo el Tiro Llago y Madejuno, disfrutando de una nieve primavera muy buena.
Pusimos de nuevo pieles para ir en busca del collado Tiros de Casares (2374 m.) que mantenía todavía dura la nieve y que sin cuchillas no se dejaba encumbrar. Por otra parte, el poco desnivel hace que en pocos minutos tengas por delante otro buen descenso esquiando.
...pues lo dicho, de nuevo tocaba bajar y gracias a que el día había sido fresco nos encontramos con una nieve primavera perfecta para esquiar que ni en las mejores pistas de cualquier estación de ski. Al igual que el otro día, dí rienda suelta a la velocidad a lo largo del Hoyo del Sedo que es muy entretenido de bajar con tramos amplios de mayor a menor pendiente.
Casi como en un suspiro, ya estábamos abajo prácticamente en base de La Padiorna y con la última subida por delante a la Collada de las Nieves (2.226 m.). Aquí en esta zona resguardada y en la vertiente sur, el sol si ya se dejaba notar con fuerza, así que no nos entretuvimos mucho y remontamos sin hacer descansos esta collada que mirando hacia atrás regala una de las vistas más guapas de Peña Santa.
Una vez arriba, iniciamos el último y guapo descenso pòr la gran pala NE de La Padiorna que siempre mantiene la nieve con buena calidad y tiene una inclinación perfecta.
Conectamos después con La Canal de San Luis donde ya no nos cortamos en bajar a gran velocidad como si se tratara de un pista de ski, disfrutando como enanos este descenso largo y guapo...
...del resto sólo nos quedaba foquear unos minutos hasta El Cable que como era previsible estaba a tope de gente y donde tuvimos que esperar una larga cola para coger el teleférico pero con el buen sabor esta jornada se nos pasó rápido.
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