mi visión de la montaña

Subir montañas es la osadía convertida en humildad, bajarlas es la osadía convertida en gratitud

domingo, 9 de agosto de 2015

vuelta por el Pienzu (Sueve)

Otra ruta express de media jornada, corta pero del todo recomendable porque tiene de todo: senderos, y caminos para todos los gustos (rápidos, lentos y algo trialeros, praderas, etc...) y un paisaje espectacular. La última vez en bici por el Fitu, íbamos un buen pelotón viniendo de la ruta desde el campo de golf de Berbes, para continuar hasta los mayáos de El Bustacu y bajar por el bosque de la Viescona.



Sin embargo, en esta ocasión partimos desde el mismo alto de El Fitu (575 m.) a las 10 de la mañana con un día despejado espléndido y buena visibilidad pero también con un llenazo de turistas igualmente espectacular...Menos mal que la mayoría sólo paran para las fotos de rigor y de ahí para arriba sólo se ven excursionistas y montañeros. Desde el inicio el camino aunque en ascenso es muy entretenido e impresionante en panorámicas.



Por si fuera poco, no todo es acenso ya que la ruta va salpicada con breves bajadas muy disfrutonas. Teníamos muy buen recuerdo de la última vez pero este día aún lo mejoraba. 


Tras cada recodo el paisaje cambia espectacularmente y uno ya no sabe para dónde mirar (El Pienzu, las playas de la Isla y La Espasa, Los Picos, La Cordillera, etc, etc, etc..), y además el camino es igualmente divertido para la MTB aunque necesita también atención en muchos tramos.



Bajo la presencia permanente del picu Pienzu todo se sucedía rápidamente ya que el ritmo que llevábamos era mucho más vivo de lo habitual, más que nada porque los senderos trialeros son realmente muy entretenidos.



De nuevo tocaba descender por idílicas camperetas hasta llegar a los mayáos de El Bustacu (652 m.).



Se acababan las comodidades y era hora de afrontar las cuestas de verdad por la pista que acabaría por obligarnos a seguir andando tirando de la bici hasta la última parte de la subida al Pienzu. Valoramos si subir las bicis pero la verdad es que entre que es poco ciclable y la gran cantidad de excursionistas que había subiendo no nos apetecía demasiado. Además ya empezaban a aparecer nubes inocentes que seguro iban a ir a más en la cumbre. Así que optamos a seguir de nuevo sobre la bici hasta el canto que hay al lado y que se asoma al sur.



Como ya conocemos bien el Pienzu tampoco no pasaba nada por no visitarlo este día, más aún cuando comprobamos la razón que llevábamos con la evolución de las nubes, puesto que minutos después se cubrió toda la cumbre con su boina característica. De todas formas ahí dejo una "pequeña muestra" de lo que esta montaña ofrece desde su extraordinaria cima.









Ya estaba impaciente por empezar el descenso porque, desde siempre tuve ganas de probar este camino sobre la bici, que tantas veces había hecho andando. Sabía que tenía que prestar la tira, y así fue...Primero por las camperetas eligiendo cada uno el camino que más le apeteciera y después por senderos también variados hasta conectar con la pista....todo ello claro! cada vez más deprisa para variar, que ya nos conocemos...
Por otro lado, como decía, las nubes ya se habían hecho fuertes en la cima chafando las vistas a los pobres excursionistas que subían...


Al llegar a la pista, como cada vez encontrábamos más gente, paramos y según le dije a mi primo: "bueno, como hay gente habrá que bajar despacio..." Pues no sé que pasó, pero es que la pista tenía un firme perfecto con peraltes laterales y badenes para más divertimento si cabe. Alberto muerto risa me decía, que menos mal que despacio, porque vaya cara susto que ponía la gente que nos cruzábamos viéndonos pasar dando tumbos a toda pastilla....,


Pasado el Bustacu en cuestión de segundos, remontábamos rápidamente por pista hasta de nuevo descender por senderos trialeros, los cuales ahora se complicaban algo más debido a la velocidad de descenso que obligaba a ser rápido esquivando los morrillos más gordos.


Esta sucesión de tramos hasta el mismo Fitu fue una gozada. Tanto, que sin duda volveremos alguna mañana para repetirla, porque tal y como intuíamos, esta ruta es un regalo tanto para caminar como para darle bien a la BTT.




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