vuelta a Peña Redonda

Arrancamos la temporada de bici buscando rutas montañeras que podamos realizar sobre dos ruedas. Para esta ocasión me convenció Alberto de este recorrido que había hecho hace unos años y del que guardaba buenas sensaciones. La intriga, como otras muchas veces, de probar ahora con las monturas de doble suspensión ya era más que suficiente aliciente para ir para allá a comprobarlo...Partimos de Co!!anzo (573 m.) rumbo a Casomera, La Paraya y las famosas y espectaculares foces de Rioaller.

Inevitablemente comenzaba después la siempre durísima subida al pueblo de Rualler (800 m.) para continuar por la pista no menos pindia que asciende al puertu Vegará .

El día espectacular, luciendo el sol sin apenas nubes y una temperatura perfecta con una leve brisa muy refrescante. Aún así los duros repechos nos hacían sudar a borbotones y obligándonos a realizar alguna que otra parada para coger aire y poder disfrutar también del paisaje tan guapo. Una de las paradas junto a una cabaña fue donde surgió el famoso "Subire y baxori..?" que un paisano de allí me dijo hace un montón de años cuando se nos ocurrió preguntarle cuanto se tardaba en subir al puertu Vegará.

Continuamos retorciéndonos por las empinadas rampas que se sucedían sin piedad hasta alcanzar por fin el tramo intermedio donde la pista da un respiro. Poco después tomábamos la desviación cambiando de vertiente para dirigirnos hacia Canie!!a. 

La pendiente aminoraba para nuestro alivio, dejándonos disfrutar mejor del paisaje que ganaba por momentos. Cumbres bien conocidas  como Las Peñas del Faro o el Esturbín se iban dejando ver mostrando todavía bastante  nieve.

Y así, poco a poco, alcanzamos el punto más alto de la ruta en el collado de Canie!!a (1.543 m.). Mejor sitio imposible para darse un descanso y comer el bocata en medio de las verdes camperas y con vistas a zonas muy interesantes de este tramo de La Cordillera

Tras saciar la fame que ya apretaba, nos centramos en la difícil bajada que teníamos por delante. Sin embargo, para empezar íbamos a disfrutar ciclando libremente por este mayáu tan guapo hasta alcanzar las cabañas de Canie!!a situadas un poco más abajo.

Más adelante el camino cambiaba radicalmente convirtiéndose en un sendero trialero con mucha piedra y aunque no permitía despistarse fue entretenido el tener que buscar la manera de encarrilar la bici entre tanto "morrillu".

Después se complicó el asunto y el camino se presentaba como un antiguo camino de herradura con bloques de piedra muy irregulares no ciclable para los mortales. No obstante el tramo caminando no fue más de 15 minutos. 

Acabado éste, volvía el sendero muy prestoso a través del bosque para convertirse después en unas zetas pedregosas con mucha inclinación donde era necesario bailar con la parte trasera de la bici para encarrilar las cerradas curvas.

Finalmente llegábamos al inicio de las Foces del Pino (800 m.) tomándonos un respiro ya que tanto el tramo anterior como el que nos quedaba por delante eran muy trialeros y técnicos sin apenas un segundo para disfrutar del hermoso paisaje. La entrada a les foces siempre espectacular, pero esta vez más si cabe al ir sobre la bici con el río rugiendo al lado.

Ante la cara de asombro de algunos excursionistas que nos fuimos cruzando, finalizamos airosos esta parte de la ruta tan guapa.

Pero todavía nos quedaba un precioso descenso por pista a través de un tupido bosque con buen desnivel y buenas pendientes para nuestro disfrute. 

En poco tiempo estábamos ya sobre el asfalto de la caleya que comunica con el pueblo de la Pola l'Pino (660 m.) y de ahí hasta Co!!anzo menos de 5 km de suave descenso por la carretera principal del puerto San Isidro. Bien es verdad que podíamos haber hecho esta última parte por el camino antiguo que une a estas dos localidades pero lo dejamos para otra ocasión, que bastante llevábamos en lo a que se refiere a variedad de caminos y senderos...