Los temporales por fin remitieron y esta semana pasada fue totalmente soleada. Sin embargo durante el fin de semana se estropeó algo el tiempo, pero no lo suficiente como para no salir al monte. Decidí probar de nuevo hacia el valle tirolés de Tannheimtal, que tantas posibilidades ofrece y del que tengo muy buenos recuerdos de la temporada pasada. El objetivo inicial era el Ponten, ya que es un clásico de la zona y que había dejado pendiente. Partí del mismo pueblo de Schattwald (1.100 m.), en dirección a las pistas de ski que allí hay.
Al llegar junto al aparcamiento donde se inicia la ruta me encuentro con una buena tropa de esquiadores de travesía preparándose. Por una vez, estoy yo listo antes y aprovecho para adelantarlos a todos. La suave pendiente me permite acelerar un poco el ritmo y rápidamente vuelvo a estar sólo y sin bullicio atravesando el bosque. No acabo de acostumbrarme a ver tanta gente en el monte con esquís, y sin querer hago todo lo posible para disfrutar del monte en solitario que es lo que más presta. A lo sumo con dos o tres amigos pero nada más.
Saliendo del bosque, tras una subida muy cómoda llego a una zona abierta donde se puede ver bien el resto del itinerario. El Ponten (pto. azul) aparece pelado de nieve y el Bschießer (pto. rojo) me resulta mucho más atractivo. Como el acceso es común hasta el collado que los une (pto. naranja), según avanzo voy más convencido de que acabaré eligiendo éste último pico.
La subida al collado fue algo más dura de lo esperado aunque más bien debió ser que mi forma física tampoco estaba muy allá...Pude evitar poner cuchillas aunque no sobraban la verdad. Eso me supuso un esfuerzo adicional para mantener siempre la adherencia de las pieles. Fue entonces cuando al mirar hacia la derecha ví claro a dónde quería subir....y también por dónde bajar.
Según me acercaba al collado pude ver bajar a otro esquiador que había tenido la misma idea. Tenía muy buena pinta esa canal, así que no lo pensé dos veces y para el Bschießer me encaminé.
En previsión de evitar pasos comprometidos, decidí poner crampones y las tablas en la mochila. Y fue un acierto, porque la nieve estaba muy transformada y dura por esta inclinada vertiente. Unos minutos después ya salía por la cresta cimera hacia la cumbre del Bschießer (2.000 m.) .
Allí coincidí con otros dos esquiadores que habían subido por otra vertiente. Les pedí una foto de cumbre y poco más porque hacía un viento frío muy desagradable.
A pesar de que se iba nublando, las vistas eran muy buenas, destacando los picos que más conocía como el Hochvogel a lo lejos y el Gaishorn mucho más cercano.
Como decía, no había quien parara allí arriba, en la cumbre de este pico impronunciable. Así que para abajo.....
Sin embargo la cosa no pintaba tan bien como parecía. La nieve estaba muy dura en el tramo inicial donde había mayor inclinación (unos 40°) . Así que hubo que emplearse a fondo. Después cuando la canal ya se abría la pendiente suavizaba algo y la nieve también, pero el paso de los esquiadores durante la semana pasada, había dejado la canal muy estropeada. Me arrimé a un extremo para pillar nieve sin tocar y de ahí hasta abajo fue bastante mejor. Una pena, porque en buenas condiciones debe ser un descenso bien guapo.
Terminada la canal pare a tomar algo y continué por lo que parecía una pista de ski por lo pisado que estaba aunque con buena calidad, que entre los arbolinos fue divertido. Más abajo llegué hasta donde se encontraba el último remonte y para no bajar por donde había subido probé a descender atravesando el bosque por otro lado.
Siguiendo huellas fui perdiendo altura rápidamente y casi sin darme cuenta aparecí en la parte inferior de las pistas que te llevan de nuevo a los remontes de la estación.
Continué atajando por el bosque y con un par de ratoneos más estaba ya junto al parking totalmente petado de coches y gente debido a que estas fechas son las vacaciones de Carnaval y media Alemania marcha de casa a esquiar unos días. Por suerte, más del 95% van exclusivamente a las estaciones de ski....
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