mi visión de la montaña

Subir montañas es la osadía convertida en humildad, bajarlas es la osadía convertida en gratitud

martes, 25 de marzo de 2014

Großer Hirschberg (Allgäu- Alemania)

Finalmente llegó la nieve en este invierno tan seco, y como a estas alturas de la temporada la nieve caída no durará mucho en cotas bajas, aproveché a cumplir con la tradición de esquiar el Buchenberg (monte de las hayas), que es el  monte que hay al lado de casa, sobre el pueblo al que le da nombre. Por lo visto hacia al interior en los Alpes, el paquete de nieve era importante como también el nivel de riesgo de aludes, disparado a nivel 4 a partir de 1.400 m. Por ello me acordé de nuevo del monte que había visitado a ciegas hacía más de un mes, que es bastante seguro en estas condiciones....dentro de lo que cabe.

Al día siguiente me planto en el parking de la modesta estación de ski de Spieser (1.050 m.), que está ya cerrada y sin gente, nada que ver con el bullicio de estos 2 meses pasados cuando estuve  trabajando de profesor de ski con chavales donde apenas había un sitio libre por las pistas. Como la nieve está muy blanda aprovecho una huella hecha por la línea del remonte, que aunque es muy directa, me hace sudar de lo lindo en las cuestas finales.

  

Cuando llego arriba a escasos 1.400 m., aliviado comienza la verdadera travesía por el monte. La huella continúa pero sólo hasta cruzar un bosque donde ya se puede ver el resto de la ruta a seguir...y también la bajada para conectar otra vez con las pistas de ski.



Efectivamente la nevada fue copiosa a tenor de la trinchera que tengo ir abriendo para progresar. Esta vez me va a tocar fozar de lo lindo...Primero hay que hacer un ladeo que es la parte que menos me gusta por lo todo lo que hay arriba muy cargado aunque algo ya se vé que había purgado.


Avanzo lo más rápido posible pero voy enterrado por la rodilla y la progresión en plan quitanieves es lenta...Por contra el paisaje es espléndido. Con un toque Canadiense pero la temperatura con unos cuantos grados de más.





Continúo penando con mi trichera pasando por encima de restos de aludes de hace mucho tiempo y que apenas se perciben, pero ya me queda menos para acabar el ladeo. Por otra parte la niebla sigue enrredando en la cumbre en medio de un paisaje cada vez más blanco.




Por fin la cumbre ya está a tiro y menos mal porque me estaba vaciando esto de abrir trinchera que a esta cota ya era de 50 cm. de profundidad. Con el cambio de ladera se abre el valle de Hindeland y una estupenda esquiada desde el monte Spieser hacia el suroeste, pero para otra época en pleno invierno con nieve polvo fría a unos cuantos grados bajo cero.


La última pala la subo algo más cómodo y al rato ya estoy otra vez en esta cumbre del Großer Hirschberg (1.644 m.) nombrada también de esta forma P.1644. Me quedo con la foto de cumbre de la ocasión anterior para dar una idea del día que tuve sin ver ni torta por desgracia, ya que aunque había menos nieve la calidad era mejor.
Esta vez por lo menos puedo ver algo más del panorama que me rodea, aunque la niebla sigue entrarndo y saliendo por momentos. 



Justo antes de empezar a bajar aparece una pareja que amablemente me agradece la huella hecha. La primera pala sin ser nieve polvo se deja esquiar pero el sol de finales de marzo hace mella y la ablanda por momentos.


Más abajo no mejora la cosa y los esquíes se entierran en la nieve blanda y pesada hasta frenarme literalmente....Con lo bien que estaba la última vez que bajé por este bosque....Pero ya no cabe lamentarse, una vez más hay que tirar de oficio y bajar lo más dignamente posible.


Pocos minutos después alcanzo la parte superior de las pistas donde tengo que aprovechar la huella de subida de los que encontré en la cumbre para poder avanzar sin remar.

   
   

El resto del trayecto por la pista voy buscando la línea de máxima pendiente para no quedarme frenado y con no poco esfuerzo consigo la carrerilla suficiente para enlazar giros hasta llegar al final donde ya sólo puedo dejar que corran directos hasta el punto de partida junto al parking. Desde luego una pena que habiendo tanta nieve fresca no sea aprovechable. Está claro que en estas cotas bajas el powder ya pasó a mejor vida.

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