mi visión de la montaña

Subir montañas es la osadía convertida en humildad, bajarlas es la osadía convertida en gratitud

sábado, 23 de noviembre de 2013

Picu La Llomba x 4

Sin acabar la seronda, el invierno se nos presenta de repente y con ganas de quedarse. Cuesta esperar a que afloje el mal tiempo y el domingo a pesar del pronóstico dudoso no aguanto más porque sólo me falta aullar como los lobos festejando la llegada de la nieve. Así que para el puerto nos vamos mi primo y yo por enésima vez para cumplir con el rito iniciático de cada temporada. Subimos el Picu La Llomba (1.973 m.), por las pistas de ski de Fuentes de Invierno con mucho frío, viento, niebla y nieve. Aguantamos arriba y aprovechando un par de clarinos pudimos bajar hasta conectar con las pistas rojas con nieve polvo muy prestosa. Después nos colamos por el bosque, ya famoso para los fuera pistas, disfrutando de una nieve polvo impecable por estos rincones que recuerdan a lugares lejanos de Norteamérica.


La sensación fue tan buena que tres días después volvemos al ataque para no desperdiciar ni un sólo copo de nieve polvo, puesto que el tiempo sigue frío como para conservar la calidad de la nieve. De nuevo en La Raya (1.520 m.) con una meteorología menos adversa...repetimos camino en dirección al Picu La Llomba.




Podemos apreciar que la nevada fue mayor de lo que pensábamos y antes de encumbrar nos desviamos con intención de probar el canalón de Las orejas del Lobo. La aproximación no puede ser más espectacular...





Nos asomamos y descendemos la parte helada y venteada hasta la rampa de salida pero la nieve parece todavía algo dura para nuestra decepción porque la pinta era buenísima. Así que lo dejamos para otra vez y nos lanzamos hacia el lado contrario hasta el fondo del valle de Riopinos. La nieve por esta ladera también estaba venteada e incómoda para esquiar. Resignados, remontamos todo el valle dejando a un lado las pistas de ski de la estación de San Isidro para alcanzar de nuevo el Picu La Llomba. Al menos, el día estaba mejorando como para poder disfrutar unas magníficas vistas.


Comimos en la cumbre al resguardo del viento y al calor ficticio del sol. Sin prisas nos preparamos para volver a bajar esta vez hacia la vertiente norte, cuando al realizar los primeros giros nos paramos incrédulos por la nieve polvo tan guapa que había. Tras muchas dudas por elegir itinerario decidimos bajar por una de las pistas negras de Fuentes de Invierno que estaban impolutas sin tocar y sobre todo con una nieve polvo profunda que no nos lo creíamos...




...tanto que al llegar abajo, en La Hoya (1.600 m.) estaba claro que había que repetir porque pocas veces íbamos a poder disfrutar de todo esto para nosotros solos.
Vuelta para arriba hasta el Picu La Llomba y vuelta a espolvorear como locos.
Todavía engañaría ami primo para subir una vez más pero ya para bajar bordeando todo el cordal de Peña Blanca y así completar otro itinerario distinto para volver hasta La Raya.


Nos asomamos al precioso circo que forma el Picu L'Eyu, tentándonos de nuevo la canal "humeante" de Las Orejas del Lobo, pero ya nuestras piernas llevan una buena trisca que todavía nos quedaba una larga y compleja bajada.

Unos cuantos giros y de repente topamos con nieve costra, por lo que adelantamos el giro hacia el norte cambiando de ladera por un espectacular colladín adetrándonos de nuevo en la sombra con nieve polvo pero donde todo está blanco, demasiado blanco como para poder leer relieve.

























Seguimos descendiendo en medio de un paisaje espectacular, acercándonos al bosque que nos dejaría en La Llana L'Fitu (1.500 m.) base de la estación de ski de Fuentes de Invierno.




El tramo del bosque se nos presentó con algunas partes más complicadas de lo previsto buscándonos la vida como pudimos y siguiendo el rastro de los bichos que controlan la zona, sintiéndonos otra vez como los tramperos del Canadá.







Por fin abajo, sólo nos quedaba remontar hasta La Raya con las últimas luces del día que exprimimos guapamente con 1.300 m. de desnivel acumulado de subidas y otros tantos de esquiadas.



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