mi visión de la montaña

Subir montañas es la osadía convertida en humildad, bajarlas es la osadía convertida en gratitud

sábado, 27 de octubre de 2012

Sotiello - Braña Curullu (Lena)




Esta ruta que parcialmente ya habían inspeccionado mi primo Alberto y Guzmán con sus motos, resultó ser una de las más que más me gustaron. No sólo por el paisaje, si no también por el cresteo por el cordal y el posterior descenso a Sotiello. Además coincidió que pillamos el monte en plena seronda con unos colores espectaculares y para rematar el paisaje, con  una nevada reciente en las Ubiñas y el resto de la Cordillera. Partimos de Sotiello (420 m.), y todo por carretera hasta Los Pontones, para desviamos hacia la aldea de Cortina, donde comienza un camino que se pone muy cuesta arriba rápidamente y apenas podemos ir encima de la bici. Por lo visto existe una pista más larga pero llevadera para ir cogiendo altura, pero ya metidos en el lío tiramos para arriba buscando el entronque con la misma.
 

Tras subir un buen trecho, logramos conectar y con alivio pudimos ciclar con más comodidad. De paso aprovechamos a tomar fotos puesto que el paisaje que se abría ante nosotros bien lo merecía. Estaba claro que iba a ser un día de fotos ya que día mejoraba con una luz otoñal era impecable.

         

La pista discurre cerca de la autopista del Huerna, pero todavía nos quedaba bastante hasta arrimarnos al primer túnel. Para ello y a nuestro pesar había que perder altura para remontar de nuevo. Sin embargo este tramo por bosque es bien guapo y más llevadero de lo que parecía en principio. Así que poco después ya estábamos a la altura del túnel (1.000 m.) .

    


Continuamos por la carretera de servicio de la autopista contemplando las magníficas vistas, con el Tapinón nevado de fondo, que nos pone los dientes largos de cara al invierno que ya asoma y con unas ganas locas de salir al monte a esquiar. 


Al poco abandonamos la carretera de servicio y tomamos la pista que trepa por encima del túnel, dándonos una perspectiva nueva de la autopista que parece abrirse paso como puede entre tanta montaña.


Nos tocaba entonces la subida más larga y dura del día, que no es otra cosa que un gran recta que va comiendo de frente curvas de nivel sin compasión, hasta tal punto que nos obliga echar pie a tierra al final de la misma.
No obstante fue de agradecer porque así pudimos contemplar a nuestras espaldas una fabulosa vista de las Ubiñas sobre el valle del Güerna. Una vez acabada la penosa cuesta alcanzamos el collado del Pando (1.255 m.) que es un cruce de caminos provenientes de las  dos vertientes del Cordal de LLanos de Somerón. A partir de este punto no nos queda más que crestear dirección norte todo del cordal, con continuos toboganes de mayor o menor desnivel y pasando por bosques de fayes muy guapos con restos de la nieve caída durante la noche. Era de agradecer algo de bajada, desde luego.

         

Al rato ya estábamos mirando para la otra vertiente de Valgrande y el puertu Payares. No se podía pedir más en cuanto a variedad de panorámicas.


Pero todavía quedaba más subida. Había que encaramarse al mismo lomo del cordal por donde discurre la traza del gaseoducto y que no dejaríamos hasta la bajada final.




 El cordal alcanza en varios puntos más de 1.300 m.s.n.m., por lo que la sucesión de toboganes  es continua y muy prestosa para transitar con la bici. Sin embargo a esas horas la fame ya apretaba y a todos nos pitaba la reserva, así que  paramos a comer. Con la tripa llena en medio de estos paisajes las cosas siempre se ven mejor. Volvimos con ganas de nuevo a la faena camino del último alto del día, Braña Curullu (1.317 m.), el cual tiene un cuestorro final impresionante, difícil de subir incluso a pie. Sorprende al llegar no sólo la gran cruz de madera que tiene en la cumbre al estilo de las montañas de los Alpes, si no también su posición adelantada que ofrece una gran panorámica  hacia todas partes.

         


Ahora sí que tocaba la gran bajada final que fue de lo más completa, con tramos para todos los gustos y colores.


La gran cantidad de lluvia caída por la noche había dejado los camino y las camperas totalmente saturados de agua, y nos tuvimos que aplicar a fondo en los tramos más cuestos ya que la bici bailaba y patinaba de lo lindo.

         

Aún así fue un descenso muy disfrutón teniendo con vistas al Aramo nevado , La Madalena y la villa de Pola !!ena a nuestros pies. Un cacho más abajo, para alargar la bajada nos salimos de la pista principal para coger un camino muy chulo a través de un tupido castañéu, que nos dejaba próximos a la aldea de Bendueños (600 m.), y de ahí, con no pocas dificultades, por una pista embarrada seguimos bajando hasta Sotiello, fin de ruta. ( previo prelavado de bicis en el río, puesto que la chocolatada que tenían encima era soberana).


1 comentario:

  1. No puedo dejar de mirar y leer! Me alegra saber que el lobo sigue dominando y disfrutando su territorio. Invocaremos al Nuberu para que os traiga mucho "merengue" esta temporada. Besu

    ResponderEliminar