Retomamos la ruta descendiendo en dirección a las camperas de Les Praeres, ya en Nava, pasando por brañas con cabañas muy cuidadas. Sin embargo poco nos dura la bajada porque debemos desviarnos de nuevo a la derecha (825 m.) para ascender esta vez, bordeando el flanco este de la sierra. El cambio es brutal con una rampas muy duras que nos hacen resentir del esfuerzo acumulado. Por suerte también hay algún descansín por el medio que nos permite coger aire, aunque lo que vemos en frente nos deja claro que nos falta lo peor todavía...
...y así fué porque la subida hasta el collado Coballo (1.018 m.), se nos presentó con las rampas más largas y duras del día, que incluso nos hicieron dudar de nuestras fuerzas para completar la ruta en horario diurno.
Con más resoplidos que pedaladas pasamos el collado y finaliza la pista para entrar en plácidas camperas, desde las cuales vemos los dos último collados antes de bajar definitivamente.
El primero de ellos es el collado Anes (982 m.) que alcanzamos tras bajar y subir otra vez...Por lo menos las vistas hacia Los Picos amortiguan un poco las penurias.
Seguimos adelante subiendo con relativa facilidad hasta donde se terminan esta zona de pastos y comienza el bosque bajo la cumbre del Tremes, uno de los más altos de la sierra de Peña Mayor.
Buscamos el sendero que atraviese el bosque para no perder altura y que nos deje en la subida final hacia el último collado. Todo ello no hay más remedio que hacerlo andando con la bici a cuestas para más castigo de nuestras sufridas piernas, que junto con lo incómodo del sendero y la larga cuesta final nos deja totalmente reventados.
Por fin arriba en el collado Breza (1.185 m.), nos tomamos un merecido descanso mientras contemplamos ya lejos de donde venimos y la curiosa perspectiva que tiene el Sueve desde este lugar. Aliviados de que nos resta sólo bajar y bajar, la pista que desciende por esta vertiente sur nos pone los pelos de punta por lo descarnada que está, con mucha piedra suelta que obliga a ir por el borde de la misma con un buen desnivel añadido. Aunque las suspensiones trabajaban a tope tuvimos que parar varias veces a descansar los dedos. Sin embargo al llegar al fondo del valle la cosa cambia radicalmente y disfrutamos de un tramo largo con buen firme y mejor pendiente a velocidad endiablada. Un buen subidón antes de salir a la carretera que nos devolvería al punto de partida.
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