Nos reunimos en el puerto unos cuantos para hacer una de las rutas clásicas de la zona. El día aunque empezó muy bien, rápidamente se estropeó con un vendaval del sur que a estas alturas del año nos hizo pasar uno de los días más fríos que pudiéramos recordar.
Comenzamos por el conocido camino de Wamba (1.450 m.), dirección norte hacia el pico Cascayón. Todavía nos aguantaba el día con sol y sin viento...
Un ascenso suave con mucho llaneo nos deja hasta a las faldas de la montaña, donde hacemos una pequeña parada de reagrupamiento.
Nos queda remontar la gran pala final del Cascayón (1.950 m.), que tan buenos recuerdos me trae desde la última vez que la esquié, pero esta vez en condiciones muy distintas...
El tiempo comenzó a rabilarse, levantándose un poco de viento y nublándose poco a poco. Sin embargo al ir a resguardo por la cara sur y con el calor del esfuerzo no se sentía demasiado. Ése fue mi error porque como siempre iba ligero de ropa y salí a la arista sin abrigarme. Lo que me esperaba allí arriba no lo describe mejor que este video de Damián donde estoy buscando desesperado mi chaqueta antes de quedar completamente xeláu,mientras llegan Alberto y Patri.
Como decía Rambo, aquello era un infierno...Salimos esquiando de la cumbre entre la ventisca como pudimos para perder altura cuanto antes y llegar a algún sitio a resguardo para calentarnos un poco...
...pero como comentaba antes el tiempo no nos dió tregua el resto del día, e incluso fue a peor. Casi sin parar pusimos rumbo hacia la Peña del Viento, con todas las prendas de abrigo puestas.
Entre la ventisca y el cielo cada vez más encapotado vamos dejando atrás el Cascayón pero seguíamos sin encontrar un sitio para comer sin quedar tiesos de frío, así que como el ganado, nos pusimos detrás de una roca y de pie comiendo malamente.
La canal final de La peña del Viento (2.000 m.), tenía la nieve muy profunda y costaba maniobrar para subir, por lo que acabé subiendo yo sólo.
Como era previsible en medio de la ventisca otra vez y con mala visibilidad sólo hice un par de fotos y pa'baxu, que no estaba el día para florituras. Para colmo, más abajo nos cogió la niebla, obligándonos a esquiar a tientas con una nieve muy irregular y pesada. Tras llegar al fondo del valle que separa La peña del Viento de La Rapaína, giramos al oeste para conectar de nuevo con el camino de Wamba, y en 1/2 hora ya estábamos junto a los coches con ganas de un tomar un buen café caliente para entonar el cuerpo.
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