mi visión de la montaña

Subir montañas es la osadía convertida en humildad, bajarlas es la osadía convertida en gratitud

sábado, 28 de marzo de 2009

Canalón de Jidiellu (Ándara)

Amanece muy feo el sábado después de toda la noche lloviendo y con la consiguiente nevadina en las montañas. Sin embargo al echar un vistazo a las cámaras web de Cabrales y nortiando un poco, el día parecía que ofrecía una mínima oportunidad ya que lo gordo vendría por la tarde-noche. Con ello, decidí hacer una escapada para ver si podía apañar una ruta express en Picos. Ya muy tarde, salí hacia Sotres y me planto en la pista que lleva a Áliva sobre las 12:00 a 1.000 m.s.n.m.( "justo para pillar el forfait de ½ día" ).



Como parecía que el tiempo se iba a presentar con una foscá tras otra (nevadas intercaladas con ratos de tregua e incluso sol), me decido por lo que más a mano tenía. Abandono la pista con el Escamelláu recién nevado al fondo y voy en dirección al murallón de la vertiente cabraliega del macizo oriental o Ándara. Desde este lugar se puede ver el inicio de la pala hacia el Cuetu Tejau a mi izquierda y a la derecha el Canalón del Jidiellu.

   

Sale el sol, aunque arriba sigue la boina puesta y sin visos de quitarse, así que mejor me decanto por el Canalón del Jidiellu porque está bien definido para tener referencias tanto para subir como para bajar en medio de la niebla y la nieve. Además tenía ganas de estrenarme con este famoso canalón. Las condiciones de la nieve son tan buenas para caminar con crampones que pongo los esquíes en la mochila para ir más rápido y directo. Aprovecho para hacer fotos hacia la vertiente opuesta dejándose ver parte de los contrafuertes de Cabeza las Moñas y las paredes de la zona de escalada de Fresnidiello. Pero ya se puede ver como el cielo va cambiando de color "panza burra" porque una nueva foscá se me viene encima.



Nieva con ganas, así que a cerrar escotillas, pero me siento cómodo, la nieve y el frío siempre me van bien; disfruto de Los Picos en su esencia invernal. Además hay que curtirse porque no todo va a ser sol y cremitas para ponerse moreno.

   

Después de un buen rato subiendo casi a ciegas y con una capa creciente de nieve polvo, por fin se deja ver la canaleta de salida. Esta canaleta se empina cada vez más combinándose grandes acumulaciones de nieve polvo hasta la rodilla con tramos espolvoreados sobre hielo duro.


Llego finalmente al collado Valdominguero (2.150 m.), final del Canalón de Jidiellu, recibiéndome con una buena ventisca que aumenta por momentos.


..y “apagándose” la luz porque en ese momento me estaba cayendo la del pulpo...No paré más de 5 min. y casi no encuentro el piolet que había tirado al suelo junto a la mochila. El agua de la botella se congela y la chaqueta al igual que la mochila se acartonan en un santiamén. Así que pa baxu cagando leches derecho a las tinieblas. La primera parte de la canaleta algo complicada debido a lo que comentaba anteriormente. Sin embargo confiaba en que me pillara la siguiente tregua para poder disfrutar la bajada. De repente se me concede mi deseo y sal una rayaína de sol. Me siento privilegiado con estas montañas que siempre me trataron tan bien, diría que con "enchufe". No lo pienso un segundo y me lanzo a por la 2ª manga con una nieve polvo tan fina y seca que se me queda la cara como un merengue y se cuela nieve hasta dentro de las gafas de ventisca.


Según bajo, la capa de nieve reciente es más fina pero suficiente para disfrutar como un guaje con balón nuevo. La tregua va a durar un ratín y me da tiempo para fotografiar todo lo que me resta de bajada, 1.000 m. de buena esquiada.



   

Finalmente apuro hasta donde llega la lengua de nieve del canalón, cuando se cierra otra vez a nevar hasta llegar al coche, recreándome con las humeantes torres de Fresnidiello. Todavía el tiempo me permitió comer algo, que ¡ya era hora!, justo cuando acaba el forfait a eso de las 16:30. Sin embargo al marchar con el coche se cerró definitivamente y empezó a nevar ferozmente a todo trapo hasta la altura de Tielve. Se ve que llegaba la parte dura del temporal. Justo a tiempo y justo como se disfruta especialmente esos días no esperas poder hacer gran cosa. ¿Será porque son días robados al Nuberu?

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