mi visión de la montaña

Subir montañas es la osadía convertida en humildad, bajarlas es la osadía convertida en gratitud

viernes, 2 de mayo de 2008

El Cable - Jou de los Cabrones (Urrieles)

Después de “practicar” el último fin de semana de abril por los guapos y pindios corredores de los picos Agujas, Peñanevares y Cuerna del puerto de San Isidro, había que rematar en este puente de mayo  con una visita a nuestros queridos Picos de Europa, antes de que marche la nieve.
Hacía demasiado tiempo que quería visitar con esquíes una de mis zonas preferidas de los Urrieles como son los sectores de Cerredo-Cabrones. Así que el viernes tiramos hasta Fuente Dé, Damián, Pablo (otro tocayo iniciándose en esto del ski de travesía) y yo,  para coger el teleférico y empezar la peregrinación hacia el Jou de los Cabrones. La idea era llegar por la ruta clásica que indica Adrados en su guía. Es decir, El Cable – Jorcaos Rojos – Jou de los Boches – Jou sin Tierre – Jorcada de D. Carlos o Arenizas Altas – Jou de Cerredo y Jou de los Cabrones.

Saliendo de El Cable (1.834 m.), se apreciaba claramente la escasez de nieve en comparación al año pasado por estas mismas fechas. Así que una vez más tocaba cargar con los esquíes en la mochila hasta poco antes de La Vueltona (1.960 m.). A partir de ahí, ya más cómodos alcanzamos los Jorcaos Rojos (2.344 m.) a la hora del “vermú” con el conocido escaparate hacia el Picu...


Continuamos ascendiendo en dirección a las Peñas Urrieles por la vertiente sur para ganar el lomo característico que une estas peñas con el Tesorero. La nieve estaba bien asentada y el faldeo por las inclinadas rampas no nos presento ningún problema.

   

A los pies de la cumbre del Tesorero (2.500 m.) nos dividimos ya que Pablo no podía quedarse dos días y optó por aprovechar a subir este famoso pico de 2.570 m. para completar el día. Nos despedimos y cada uno a mirar lo que tenía por delante...porque a Damián y a mí nos quedaba mucho trecho todavía.


El descenso por la vertiente nor-noreste del Tesorero hacia jou de los Boches (2.099 m.) fue una gozada con muy buena nieve, y con un tubo final de lo más disfrutón. El único “pero” fue que a media bajada nos avísó alguien de arriba que esperaba por unos compañeros que no acababan de aparecer y los vimos engoláos en lo más complicado bajo las peñas Urrieles. Hablamos con ellos y al parecer uno de ellos estaba bloqueado en unas llambrias y los demás esperando arriba sin crampones. Inexplicablemente, sólo había crampones para uno . Sin embargo, tenían una posibilidad de escape justo hacia nuestra dirección  para retomar así el camino correcto. Pero no tenían intención de moverse, a pesar de insistirles sobre esta posiblidad ya que la nieve en esta parte permitía buena huella sin crampones. Por suerte al mismo tiempo otro grupo iba hacia ellos desde la subida normal a las peñas Urrieles para ayudarles. Poco después apareció también el helicóptero de la Guardia Civil.

   

Después de ver que todo se arreglaba seguimos bajando hacia el jou sin Tierre (1.982 m.) para a continuación empezar la remontada hasta la Jorcada de D. Carlos (2.422 m.), la cual se intuía muy arriba, allá en el quinto pino. Al menos, las vistas del Tiro del Oso, en frente y el Picu presidiendo detrás, ayudaban a olvidarse de las fatigas.
Esta dura subida se empieza faldeando los picos de Arenizas hasta pasar muy cerca de la jorcada de Caín o Arenizas Bajas, en uno de esos parajes perdidos y salvajes tan característicos de Los Picos.


Por fin arriba, aprovecho a posar con el rey de Picos: el gran Torrecerredo, y sin perder más tiempo que para beber y comer algo, descendemos esquiando al fondo del gran Jou de Cerredo (2.222 m.) que aunque corto, tiene una pendiente fuerte y es mejor no caerse...

   

Remontamos el jou (2.300 m.)admirando este entorno tan solitario y salvaje por el que vamos, rodeados de cumbres míticas y otras no tanto pero igualmente espectaculares como el Tiro del Oso. El desnivel acumulado se hace notar y no vemos el momento de que ya sólo tengamos que bajar y bajar porque cualquier repecho a estas alturas de la ruta se nos hace muy duro. Finalmente, acercándonos al Jou Negru, podemos seguir disfrutando del paisaje pero ya descendiendo.



   

Magníficas vistas del Torrecerredo y del Pico de Los Cabrones, así como del resto de cumbres que cierran el Jou de Cerredo.



Nos queda la última bajada y enfocamos a tope esta canal tan guapa alineada con la famosa collada del Agua y que desemboca en el Jou de Los Cabrones (2.034 m.). Casi podemos oler la cena del refugio. Esta última esquiada del día nos prestó por demás con una nieve muy facilona en toda la canal, tras la cual llegamos al refugio que tenía lleno total. 

   

Después de cenar, Sergio el guarda, nos dispuso amablemente unas colchonetas  para dormir en el comedor y con el cual charlamos sobre la cantidad de travesías de ski que ofrece la zona. Una noche reparadora y amanece que no es poco, por estos lares...Por el mismo camino de ayer llegamos al alto entre los Jous Negru y Cerrredo esquiando con buena nieve hasta el fondo de éste último.


Como la nieve estaba cramponeable decidimos por seguridad subir con los esquíes en la mochila hasta la Jorcada de D. Carlos. Con un rápido descenso conectamos con la Jorcada de Caín (2.344 m.) para cambiar el  itinerario de vuelta y disfrutar de nuevos lugares y también por qué no, más “suaves”.




Buena bajada desde la Jorcada de Caín hasta el Jou Grande (2.076 m.), donde paramos a descansar. Sin embrago los picos de Arenizas no estaban por la labor y nos metieron un buen susto al desprenderse un nevero colgado arrastrando un montón de piedras como lavadoras cayendo al vacío y en nuestra dirección... Menos mal que la pendiente de nieve desvió la trayectoria de todo lo que cayó.
Lo simpático fue que sin mediar palabra en cuanto oímos y vimos la que se nos venía abandonamos todo y nos parapetamos detrás de la misma roca más cercana en la que apenas cabía uno sólo. Era la roca mayor que había y estaba a diez pasos.....¡todo un mundo para a llegar a tiempo!. Pasado el susto subimos cómodamente y sin novedad hasta ganar la collada Blanca (2.352 m.),  y de ahí, bordeando los Hoyos Sengros  hasta el refugio de Cabaña Verónica (2.325 m.). Por último solamente nos quedaba  descender hasta el Cable de nuevo, con la romería de gente de costumbre....


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