mi visión de la montaña

Subir montañas es la osadía convertida en humildad, bajarlas es la osadía convertida en gratitud

sábado, 29 de septiembre de 2007

Cotalba - Requexón (Cornión)

Después de un verano vagueando en el que además por una caída tonta en la que rompí la mano derecha, con la consiguiente baja, rehabilitación y promesa de la cirujana que la mano me quedaría como nueva, no aguantaba más y lo intento en serio este sábado con un tiempo perronero pero muy motivado para probar otra vez la peña.


Comencé algo tarde (10:30) y no daba un céntimo porque saliera algo curioso con ese día. Pero con las ganas que tenía de acariciar caliza, tiré igual a ver que si el tiempo daba tregua, y me encontré con el cacharrín volador de la Guardia Civil, que supongo estaría de prácticas.
Paré sólo a rellenar agua en Vegarredonda lloviendo a ratinos pero soplando cada vez más la surada. Subí bastante deprisa y me sorprendí en el Cotalba (2.026 m.) a las 12:40 con un airón ya frío que metía miedo.
Sin embargo ello no fue impedimento para disfrutar de las vistas...

             
Senda del Arcediano en Amieva y el núcleo duro del Cornión ya bautizado con las primeras nieves.

Lago Ercina


Los Estribos y la guapa Cabra Blanca

El viento era tan fuerte que limpiaba cada vez más las nubes que se ponían en los picos más altos y empezaban a aparecer algunos clarinos saliendo el sol más abajo. Además la roca ya estaba seca y eso me animó a seguir, eso sí, sin perder ojo a la evolución del tiempo. Por lo que pasé rápidamente por la siguiente cumbre de la Torre de la Canal Vaquera (2.040 m.) para llegar al pie de los paredones de Los Poyones.











Subí dos de los tres Poyones (2.089 m.) que aunque al principio se vean inaccesibles al acercarse, se ve claramente y bien jitado, toda la subida por una vira diagonal con apenas trepada, salvo la subida a los propios picos, no presentan dificultades. Este era el panorama desde sus cumbres, destacando sobre todo el plato fuerte del día que no podía ser otro que el famoso Requexón.


Una breve parada para repostar y me fui acercando a  esta subida al Requexón por esta cara tan atractiva como acongojante como para hacerla "a pelo". Sin embargo me había informado verificando su posibilidad de escalar por ella sin apoyo de material de escalada. Aún así, una vez allí las cosas no se veían tan claras...


Empecé la trepada mirando prácticamente hacia el jou Lluengu por una pequeña chimenea para ir protegido del viento. No tengo muy claro si ese era el sitio correcto pero iba con más fe que otra cosa con el temor de embarcarse, ya que tengo facilidad para ello y el ventarrón me traía recuerdos de hace un año en la sur del Picu agarrado a la pared con uñas y dientes.

    



Lo mejor de todo fue la mano convaleciente dándolo todo y muy bien por cierto, a pesar del frío y de los fierros que lleva dentro. Fenomenal trabajo de la cirujana, porque sólo hace 2 meses de la operación. Última cumbre del día (2.174 m.) y parar poco ya que estaba muy desapacible con viento frío.


Como iba bien de tiempo (15:00) y el “tiempo” iba a mejor, tenía ganas de conocer el jou del Requexón y hacer una variante de regreso bajando junto al Llagu Secu hacia el jou del Juñazu, joos de Güerta y conectar con el camino de Ordiales a la altura de los campos de Torga.


Del resto hasta donde está el coche cerca de Pan de Carmen (1.050 m.) , por el ya conocido camino de Vegarredonda.


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