mi visión de la montaña

Subir montañas es la osadía convertida en humildad, bajarlas es la osadía convertida en gratitud

sábado, 14 de octubre de 2017

Peña del Melluque


Andar en bici por encima de los 2.000 m en Las Ubiñas es algo que no parece muy coherente, pero es que el pasado verano volviendo del Ranchón desde el puertu Ventana me vino la ocurrencia de que se podría intentar en bici bajar desde de la Peña del Melluque. Así pues, había que probar aquello.. Esperando el día propicio en plena seronda, convencí a Patri y Alberto para realizar dicha ruta con la bici y haciendo caso a Damián que me dió la idea, alargando además la ruta desde abajo del puerto por la vertiente de Babia...



Partimos desde el cruce de la carretera del puerto (1.280 m.) donde se toma la pista para Cuspasante, remontando por carretera la subida a Ventana que por esta vertiente se hace realmente cómoda y en mucho menos tiempo de lo que pensábamos. Con el frío de la mañana subimos a buen ritmo coronando el puertu Ventana (1.588 m.) y siguiendo por la pista de Trobaniello.


En ligero descenso y tras aprovisionarnos de agua en la fuente para el resto del día, abandonamos la pista para coger la que sube con fuerte pendiente transcurriendo por las antiguas explotaciones de carbón en dirección sur hasta el collado 1.650 m. junto al Peñón de Ventana



Poco más abajo pasando dicho collado salimos de nuevo de la pista para tomar el camino que asciende al lomo de el Rebollosas. La primera parte debido a las duras rampas y la abundante piedra suelta optamos por subir con la bici andando para no malgastar fuerzas..Sin embargo, un poco más arriba  suaviza la pendiente y mejora el sendero permitiendo ciclar prácticamente todo el tramo hasta el cruce de senderos que llevan o bien a subir al Rebollosas , o bien a faldear la montaña por su ladera sur...


No deja de sorprender ver en un sitio tan guapo y apacible, restos de trincheras y nichos de ametralladora. Restos de la peor y más triste época de una guerra que nunca debió haber ocurrido. Algo sin duda que dá que pensar aunque la Naturaleza va borrando implacablemente.
Delante veíamos de nuevo nuestro objetivo un poco más cerca y una magnífica panorámica de lo más agreste de Las Ubiñas


Llegados al cruce antes mencionado, Patri opta por dejar allí la bici y seguir andando, mientras Alberto y yo continuamos "ratoneando" en lo posible los tramos ciclables hasta la collada Socellares (1.851 m.) 


Aprovechamos como tantas otras veces cuando pasamos por aquí con los esquís, para picar algo y valorar cómo íbamos a subir y bajar de lo que veíamos enfrente...Para subir, no quedó otra que ir tirando y cargando con la bici a cuestas no con poco esfuerzo hasta coronar la pequeña forqueta a 50 m. de la cumbre de La Peña del Melluque (2.064 m.)


Por lo menos, con el día tan guapo pudimos tomarnos nuestro tiempo arriba para disfrutar de la cumbre y comer tranquilos al sol...


Teníamosa por delante un largo descenso hasta llegar al coche que se intuía en la lejanía y muy abajo. Comenzando con unos primeros metros de descenso comprometido nos dimos cuenta que había pecado de optimista al considerar ciclabe esta montaña y visto lo visto para no ganarse una buena galleta, decidimos bajar andando un buen tramo.


Cambiamos de ladera en busca de zonas menos cabreadas por el sendero que lleva de nuevo a la collada Socellares, y aunque estrecho, sí se dejó hacer desembocando en la collada rápidamente.


No obstante, el chasco inicial no fue más que un pequeño contratiempo puesto que el plato fuerte del día sabía que estaba por llegar...Curiosamente ciclamos mucho más en el sentido de vuelta, el tramo de faldeo al Rebollosas hasta alcanzar de nuevo el cruce donde Patri había dejado su bici.


Desde este punto la cosa cambió radicalmente descendiendo por el lomo de la montaña escopetados siendo sin duda la parte más guapa y "disfrutona" de la ruta.


Senderos limpios con pendiente perfecta y piedra la justa (exceptuando contados puntos), nos prestó tanto que como siempre en estos casos se nos hizo demasiado corto...


De nuevo en el cruce de caminos cerca del el collado 1.650 m. que se abre junto al Peñón de Ventana, enfilamos rumbo sur descendiendo por la pista minera y enfrente con la gran Peña Ubiña.


A buena velocidad fuimos comiendo metros en medio de guapos bosquetes de fayes y abedules ya vestidos con sus colorinos otoñales.



Alcanzamos finalmente las praderías de los invernales de Cuspasante (1.350 m.). 
Sólo nos quedaba continuar la ancha pista siempre en descenso salvo un leve repecho, rodando cómodamente durante poco más de 2 km, perfecto para ir relajando piernas y demás... hasta llegar de nuevo al punto donde habíamos dejado el coche.

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