mi visión de la montaña

Subir montañas es la osadía convertida en humildad, bajarlas es la osadía convertida en gratitud

sábado, 10 de junio de 2017

vuelta al bosque de Cea

Arrancamos temporada BTT con una ruta moderada para ir entonando que con la bici ya se sabe lo rápido que recuerda a uno la falta de forma. Buscando conocer sitios nuevos tenía apuntada para casos así esta ruta por territorios de Parres y así acercarse a la cara norte de La Mota Cetín, conocido monte por esta zona. La ruta es en realidad un PR que se interna en el guapo bosque de Cea,cerrando un circuito interesante. Sin embargo para alargar y endurecer la jornada partimos desde 7 km antes en Ozanes (48 m) para calentar durante esta larga subida.


El día pintaba caluroso típicamente veraniego, lo que nos hizo sudar a chorro limpio desde el primer momento. Aún así la subida por esta carreterina que lleva a Llerandi no es asfixiante. En el Collau (500 m) abandonamos la carretera  tomando la pista donde se inicia la ruta propiamente dicha, aunque nosotros lo hicimos en sentido inverso al que indica el panel informativo. En tres repechos cuyas rampas se incrementaban en ese orden alcanzamos La Collada Llaxe (680 m), bucólico lugar tan característico del paisaje de la montaña asturiana...




De nuevo dejamos la pista para coger un camino empedrado a mano izquierda ascendente hasta llegar junto a una cuadra donde comienza ya el primer descenso del día con el imponente bosque de Cea bajo la cara norte de La Mota Cetín.


Desconocía hasta qué punto sería ciclabe este camino, pero para allá que nos lanzamos comprobando que efectivamente no iba a ser fácil con una trialera exigente y sobre todo sufrida porque en apenas unos metros ya arrastrábamos multitud de "heridas de guerra" de todos los tamaños y colores a pesar de las protecciones...producidas por la vegetación salvaje en pleno furor...


El camino pasa a ser un sendero cada vez más pendiente y cabreado para ir sobre una bici hasta llegar un punto donde ya no es practicable aunque ya cerca del final cuando se llega a los puentes que cruzan el río Mampodre  y el río Bramador(460 m.)


Nos quedaba remontar un corto pero fatigoso tramo con la bici a cuestas entre barrizales, praos y senderos pindios...


Bufando por el esfuerzo de acarrear la bici por estos sitios tan incómodos vemos con sorpresa que viene tras nosotros un paisanu cargando al !!umbu  unas planchas de fibrocemento tipo Uralita...
Según se acercaba, más pasmados nos quedamos al comprobar que era muy mayor y ahí venía por aquel prau tan cuesto y con esa carga que no aguantaríamos con ella ni un minuto....Por si fuera poco todavía nos decía que ya teníamos ganas de cargar con la bici por estos lugares...En fin, que mientras nosotros estábamos cogiendo aire para continuar el paisanín continuaba paso a paso pero sin detenerse hasta la cabaña que tenía arriba en otro prau. Con semejante situación me vino a la mente del título de la película "El último Mohicano" extrapolado en este caso a "El último Paisanu" trabayando sólu en aquel recóndito lugar...un estilo de vida que desaparecerá para siempre y que somos testigos de ello.

Por fin alcanzamos no sin esfuerzo a pesar de ser un tramo tan corto la Llombecina (553 m), cruce de caminos que nos da paso a la pista que desciende a las profundidades del Bosque de Cea. Aprovechamos a reponer fuerzas comiendo algo y continuamos en descenso por dicha pista que lejos de ser ideal para un buen y rápido descenso, sudamos en frío para controlar la bici porque se meneaba como una culebra debido a lo resbaladizo del firme embarrado.


El bosque es realmente guapo con rincones curiosos al encajonarse el río Manpodre en el punto más bajo de la pista (390 m) 


Nos quedaba de nuevo remontar la altura perdida pero esta vez sin la refrescante sombra del bosque, a pleno sol por una interminable diagonal con pendiente constante que nos hizo sufrir guapamente...


Al superar por fin estos incómodos 200 m. de desnivel se puede ver el peculiar cañón que forma este río antes de desembocar en el río Piloña con el Sueve de fondo. Por contra, a nuestras espaldas dejábamos la  inconfundible silueta de La Mota Cetín y su esplendoroso bosque de Cea.


Con ganas de sentir el viento refrescante nos dejamos caer pista abajo para conectar poco después con la carreterina por la que habíamos venido pero ahora en largo y entretenido descenso hasta donde iniciábamos esta interesante ruta.


No hay comentarios:

Publicar un comentario