mi visión de la montaña

Subir montañas es la osadía convertida en humildad, bajarlas es la osadía convertida en gratitud

viernes, 18 de marzo de 2016

Cellón express

Con la nevada todavía reciente, después de una buena tanda de temporales que dejaron unos espesores en algunas zonas de más de 3 metros a partir de 1500 m., por fin se vislumbraba un fin de semana soleado para disfrutar de tanta nieve. Era por tanto, hora de apostar por una ruta pendiente de ski-exploración que tanto me gustan. Esta vez no se trataba de una zona remota y alejada pero no por ello menos atractiva. En todas las visitas al Cellón siempre se me iban los ojos hacia las grandes palas que se precipitan sobre el pueblo de Pajares. Tirando de una fácil logística, con dos coches nos plantamos Damián y yo en Pajares, para continuar con un vehículo hasta el alto del puertu Payares (1.379 m.). Desde allí ya salimos foqueando por la ruta normal de ascenso al Cellón.




Como siempre, las vistas durante la subida son apabullantes y más aún en un día tan guapo como el elegido. 


Las Ubiñas siempre presentes acaparaban el foco de atención y no era para menos porque con la merengada que tenían encima el aspecto era impresionante. De igual forma el tupido valle de Valgrande a vista de águila no era menos espectacular y como no! el omnipresente Aramo, también dejándose ver como un iceberg emergiendo de las nubes.




La temperatura fresca y el cómodo ascenso  permitía disfrutar y recrearse sin prisas del panorama que se divisaba desde la larga arista de esta montaña . Algo que no ocurre muchas veces...y que era de agradecer.




Finalmente alcanzamos la cresta cimera quedándonos en la antecumbre (2.020 m.) para aprovechar a hacer una bajadina previa por la vertiente sur para calentar motores y así dar tiempo al sol para preparar la nieve en la otra vertiente.




Con nieve transformada de buena calidad nos lanzamos para abajo controlando no dejarse llevar y acabar mucho más abajo de lo planeado...que nos conocemos.


Al resguardo del frío viento norte, no fue difícil optar por aprovechar a comer algo relajadamente par después sin prisas remontar de nuevo hasta la cima con ya muchas ganas de internarse hacia lo desconocido...


Para nuestra suerte comprobamos el acierto de haber esperado a que el sol descascarillara la nieve helada, encontrándonos con el deseado firn, sobre el cual las esquiadas son fabulosas...La primera parte por el lomo norte del Cellón, fue tan sencilla como larga y disfrutona.


Además del buen estado de la nieve nos sorprendieron las enormes dimensiones de estas palas que incluso despistaban a la hora de orientarse...Se podía bajar por donde se quisiera y a gran velocidad. Y si añadimos en frente un paisaje puramente alpino y espectacular pues ya teníamos todos los ingredientes de una esquiada perfecta.



Los 1000 m. de puro desnivel nos los íbamos comiendo a grandes bocados pero las piernas quemaban y pedían tomarse algún respiro que venía muy bien para saborear mejor toda la bajada. El pueblo de Payares (1.000 m.) seguía literalmente a nuestros pies tal cual pueblo suizo colgado sobre el valle, aunque acercándose cada vez más...



En la última parte, buscamos el paso para sortear por encima de uno de los múltiples túneles del histórico trazado ferroviario de Pajares y continuando con una típica sesión de ratoneo entre piornos más difícil técnicamente que todo lo anterior. 




Saliendo ilesos del fregao nos quedaba todavía hacer una de salta-praos para apurar la nieve cada vez más escasa por el último prau que finalmente nos dejaba al mismo pie de la carretera junto al pueblo, finalizando este precioso descenso espress desde el Cellón.




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