Lo dicho, esta temporada de ski va a ser la más larga desde que tengo conocimiento. Parece mentira que un mes después de la última, volveríamos con los esquíes a los Picos ya metidos en pleno verano. Y es que a pesar de la ola de calor de las últimas semanas la nieve aguantó y era demasiado tentador no dejar pasar este capricho de ski veraniego. Así que Damián y yo no nos lo pensamos dos veces para finalizar de forma "exótica· esta larguísima temporada que habíamos comenzado allá a finales de noviembre. Eso significa la friolera de 8 meses con los esquíes en zafarrancho de combate...
Una vez más y ante la cara de asombro de algunos turistas salimos del Cable andando y cargando con las tablas y las botas durante algo más de 1/2 hora pasada La Vueltona.
Una vez más y ante la cara de asombro de algunos turistas salimos del Cable andando y cargando con las tablas y las botas durante algo más de 1/2 hora pasada La Vueltona.
Ya con los esquíes puestos continuamos por el transitado camino hacia los Jorcaos Rojos y así asomarnos a tierras cabraliegas para saludar una vez más al Picu Urriellu y compañía.
Tras una pequeña parada reanudamos la marcha en dirección a la Peña los Urrieles para enlazar con el hombro característico del pico Tesorero. Se veía una buena huella y en esta época ya no hay peligro de avalanchas aunque hay que andar con ojo con los furacos y las rimayas de la nieve cerca de las rocas.
Con rapidez alcanzamos una vez más el zócalo superior del Tesorero apurando hasta donde llegaba la nieve. Como es habitual a final de temporada la cumbre queda libre de nieve, así que desde ese punto a unos 2.500 m. nos preparamos para esquiar hasta el Jou los Boches, casi 500 m. más abajo.
Comprobamos que hay continuidad en el descenso y aunque mucho más estrecho de lo que estamos acostumbrados hay paso hasta salir a las grandes palas. Eso sí, con mucha atención a las rimayas que están abiertas porque se ven sólo cuando las tienes muy cerca. De hecho alguna pequeña tuve que pasarla medio saltando por encima.
A pesar de las irregularidades de la nieve se dejaba esquiar bien con un "tacto" típico de los neveros del verano. La segunda parte del descenso la hicimos por el tubo característico que desemboca directamente al fondo del jou, con alguna estreches y alguna grieta pero sin problemas.
Acabándose lo bueno, aprovechamos para comer, que buena pereza daba mirar hacia arriba... Además la continuidad de nieve sólo se daba justo por donde habíamos bajado. No tuvimos más remedio que subir por el mismo sitio a pesar de la pendiente y el desnivel.
Siendo la hora central del día, el sol de julio se hacía notar y más aún metidos en el mundo blanco de los Boches, así que con calma y paciencia nos pusimos a la labor a base de un sin fin de "vueltas maría" para salvar la fuerte pendiente.
Poco a poco y refrescándonos con la nieve ganamos altura en medio de estos parajes tan agrestes como solitarios....
...hasta que finalmente alcanzamos el punto de partida donde volvemos a descender esquiando pero por la vertiente contraria en dirección al refugio de Cabaña Verónica. Podemos ver bien la Torreblanca todavía con nieve para una buena temporada. Sin llegar al refugio cogemos otro tubo muy guapo de esquiar que nos deja bajo los paredones de la Torre de los Jorcaos Rojos.
Un poco más de descenso y el último repecho antes de lanzarse hacia La Vueltona, no sin ante echar una mirada hacia atrás para ver el recorrido realizado.
Sólo nos quedaba ir ratoneando la nieve hasta el último nevero donde ya con todos los bártulos de nuevo a la espalda regresamos por la cómoda pista hasta el teleférico cerrando este gran fin de temporada.
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