mi visión de la montaña

Subir montañas es la osadía convertida en humildad, bajarlas es la osadía convertida en gratitud

sábado, 2 de marzo de 2013

Tarna - Peña Pileñes - Arcenoriu - La Uña

Hace dos semanas estábamos por Peña Ten y desde su cima se nos ocurrió una travesía interesante pillando las cumbres más altas que avistábamos desde el puerto de Tarna hasta Arcenorio pasando por Pileñes y acabando en La Uña por el mismo itinerario que escogimos para volver de Peña Ten. Así que con el pronóstico tan bueno para este sábado me propone mi primo Alberto que hagamos esta travesía y sin pensarlo dos veces la adjudicamos junto con Damián. Dejamos un coche en La Uña a -11ºC y arrancamos desde el alto del puertu Tarna (1.486 m.) con una nevada y un día espectaculares hacia nuestro primer objetivo del día: el Pico Abedular (1.816 m.).



Alcanzamos su cumbre con relativa rapidez ya que es bastante asequible y desde ella podemos ver sólo la mitad de lo mucho que nos queda por delante. Las vistas de la Cordillera y los Picos cargados de nieve como pocas veces, sencillamente fabulosas. Bajamos esquiando hacia tierras ponguetas los doscientos y pico metros de su pala E-SE con buena nieve en general hasta una cota que nos permitiera alcanzar remando el Llobil Baxu (1.631 m.). En principio nuestra intención era continuar por el eje de La Cordillera hasta alcanzar la Peña los Llobiles pero una cresta rocosa previa nos obligaría a realizar una travesía muy expuesta y larga.


Nos lanzamos de nuevo por una estupenda pala hacia el valle de Valdosín, a través de un bosque muy guapo y entretenido que nos transportaba a la época de los tramperos del Canadá, tal y como se ve en el video de Damián.


Saliendo del bosque llegamos al camino que lleva al puertu de Ventaniellla, junto al nacimiento del río Esla (1.250 m.) que tenemos que cruzar. Delante de nosotros llevábamos dos esquiadores que habían tenido la misma idea y fueron abriendo una huella que nos ayudó mucho hasta llegar a la Peña Pileñes.


Aprovechamos para comer y descansar algo y poco después con una temperatura muy agradable reanudamos la marcha hacia el paso clave del día que se vislumbraba todavía muy lejano.


        
 Poco a poco nos acercamos a las faldas de la Peña Pileñes y como suele ocurrir en el monte, según ganamos altura, también ganamos en paisaje, hasta que alcanzamos la espectacular cresta cimera con unas vistas que nos dejan sin palabras. Podemos ver el camino recorrido en medio de un ambiente que me recuerda a los Alpes. Por el fondo y largo valle de La Castellana vamos progresando bajo los farallones de Peña Ten entretenidos con las carreras de los numerosos rebecos y otras sorpresas como estos suspiros o rosquillas de Peña Ten




Llegamos a la ante-cumbre (1.990 m.) cuando los dos esquiadores que iban delante comenzaban el descenso por el camino de subida pero aprovechando la guapa pala SO. A partir de este punto iremos solos hacia tierras salvajes que es sinónimo de Ponga. Pero primero había que recorrer toda la cresta ya con los crampones puestos , disfrutando de un entorno inmejorable hasta alcanzar la cumbre. Durante este trayecto nos costo mucho evadirnos de los cantos de sirena que nos tentaban desde la cara norte con una nieve polvo profunda estable impresionante.


Con tal derroche paisajístico para mí si Peña Ten la llaman con razón la montaña 10, su hermana Pileñes (2.019 m.) tiene que ser la montaña 12. Aunque nos quedaba aún casi la mitad de la ruta por recorrer era inevitable pararse un buen rato a fotografiar y contemplar tanta belleza.


       

Sin embargo Arcenorio con su ermita nos llamaba con un descenso que se presentaba antológico...y no fue para menos esquiando a tope con un paisaje de fondo inmejorable.



Una vez trillada la gran pala de esta guapa montaña, nos sorprende una nieve polvo durante el resto del descenso faldeando la cara norte de Peña Ten, para nuestro disfrute con giros espolvoreando a toda velocidad.




Terminada la diversión, de nuevo tocaba foquear pasando por Arcenorio (1.444 m.) en un entorno mágico.




Giramos al S remontando hasta el puerto de Fonfría (1.630 m.). A estas alturas las piernas ya empiezan a rechinar pero en medio de lugares así no importaba ir despacio recreándose con las luces de la tarde.


Atravesamos la Hondonada en medio de un paraje que bien podría decirse que estábamos atravesando el hielo patagónico sur con el Fitz Roy y compañía de fondo....



A pesar del cansancio seguimos a por la última cumbre, que ya conocíamos recientemente: La Peña de las Corvas (1.798 m.). Para entonces se había nublado algo el día a nuestro pesar, porque ello hizo que encostrara la nieve de la gran pala sur de esta montaña.


Pero bueno, tiramos de oficio logrando bajar dignamente hasta La Uña (1.190 m.), después de 9 horas y pico, 19,1 km., 1770 m. de desnivel acumulado de subida y 1.996 m. de bajada, según marcó el gps. Un poco largo a lo que estamos acostumbrados, pero que desde luego merece la pena.



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