mi visión de la montaña

Subir montañas es la osadía convertida en humildad, bajarlas es la osadía convertida en gratitud

viernes, 14 de abril de 2006

corredor NE, Neverón de Urriellu (Urrieles)

Después de la buena jornada de ayer, acordamos en probar el que ya es un clásico de la zona, el corredor noreste del Neverón. A las 4:00, viene a despertarnos como siempre Toño, aullando desde el refugio  bajo la luna llena. A esas horas y con el frío cuesta ponerse a funcionar...


Salimos disparados todavía medio adormilados por el camino equivocado por lo que deambulamos en la oscuridad hasta que con las primeras luces corregimos el rumbo. Gracias a ello disfrutamos uno de los mejores amaneceres que recuerdo con unas tonalidades espectaculares tras la silueta del Picu. Un regalo para los sentidos...

   

Tras dejar de flipar un poco, las duras rampas previas al estrechamiento del corredor nos despiertan completamente ya que vamos sin encordar y apuramos hasta la supuesta 2ª reunión. Al igual que hicimos Toño y yo hace unos años creo que es recomendable asegurar esta primera parte hasta alcanzar dicha reunión. Pero esta vez no lo hicimos porque las condiciones de la nieve eran perfectas, aunque ello no quita la gran pendiente existente.


Como ayer nos dividimos en dos cordadas pero subiendo silmuntáneamente, así que con las estrecheces subiendo 5 a la vez parecía aquello la M-30 madrileña

   

Acabado el corredor, lo mejor desde luego son las panorámicas hacia todas partes. Nos reagrupamos y tras un pequeño descanso continuamos trepando hasta la cumbre.


Lo dicho, vaya cumbre tan guapa la del Neverón de Urriellu (2.559 m.) en medio de lo más agreste de Picos, con la zona de Urriellu a un lado y el sector de Cerredo - Cabrones al otro.



   

Bajamos rapelando de la cumbre. Seguidamente descendimos un poco por la pindia vertiente noroeste donde hay una reunión equipada para rapelar otro escalón de roca. Éste te deja en la pala oeste y desde aquí sólo hay que bajar y ladear con cuidado todo la vertiente noroeste que está en sombra, hasta alcanzar la Jorcada Arenera. Por último, por el paso junto al Diente de Urriellu ya damos vista para bajar hasta la vega de Urriellu. Con esto Damián y yo terminábamos esta escapada a Picos y todavia nos quedaba un largo camino de vuelta. El resto se quedó para aprovechar un día más pero las nubes del horizonte que se avistaban ese día no fueron más que mensajeras de mal tiempo para el día siguiente. Así que desgraciadamente, una vez más el corredor de la Morra tendrá que esperar...

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