mi visión de la montaña

Subir montañas es la osadía convertida en humildad, bajarlas es la osadía convertida en gratitud

sábado, 11 de febrero de 2006

Picu Nogales

Se presentaba un buen día con sol y nieve en abundancia mientras iba conduciendo por la carretera del puerto San Isidro. Con ganas de esquiar por nuevos territorios, sobre todo la zona comprendida entre el Picu Fuentes y el Picón de Rubias, decido aparcar en El Fielato (1.275 m.) para empezar a foquear en dirección al colláu Vildoso (1.572 m.).

Este paso bajo las faldas del Picu Fuentes, permite ver varias cumbres de las cuales destaca sobre todo el Picu Nogales y El Picón de Rubias, con sus atrayentes corredores de las caras noreste.


Tras descender a mi pesar se vuelve a remontar con buenas panorámicas hacia el Picu Torres. El paraje solitario y salvaje, que junto con el mar de nubes comiendo terreno multiplica las buenas sensaciones que sólo se tienen en lugares así.




Sigo ascendiendo hasta alcanzar el colláu Nogales que separa el mismo Nogales del Picu L'Osu. Desde el mismo puedo ver lo que resta hasta la cumbre del Nogales (2073 m.) y en frente se abre ante mí la tentación del puertu Vegará, otro buen sitio para el ski de montaña con multitud de posibilidades. Una vez arriba, es obligado pararse un momento para disfrutar del panorama, que mire a donde se mire es fantástico.


Fue una pena tener que descartar la tentativa de descender por uno de los corredores de la cara noreste, pero estaba la nieve como una piedra, completamente helada. Así que descendí por el mismo camino de subida con tramos muy guapos bajo la cara norte del picu L'Osu. Después hubo que remontar de nuevo hasta el colléu Vildosu con las últimas luces de la tarde. Me quedaba únicamente el descenso hasta El Fielato, que resultó la mejor esquiada del día con nieve polvo entre bosquetes de abedules y la presencia del picu Torres.


   

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