mi visión de la montaña

Subir montañas es la osadía convertida en humildad, bajarlas es la osadía convertida en gratitud

domingo, 18 de marzo de 2018

Puertos Cerréos


Qué caros se están vendiendo los días soleados este invierno porque no hay tregua meteorológica que valga y lo que en principio parece una ventana entre borrascas según se acerca el fin de semana, pasa a ser un ventanuco y acaba siendo un furaquín...Así que no queda otra que apechugar y salir a lo que sea, si bien en esta ocasión viendo como jarreaba agua al salir de casa, Damián y yo nos dimos más que por satisfechos al llegar a Tuiza Riba (1.230 m) ya que nos recibía con resol y nevando débilmente.
Como es habitual hubo que portear con los esquis en la mochila hasta llegar a la portie!!a que marca siempre con una exactitud inexplicable la entrada o salida (según se mire) al mundo blanco de Las Ubiñas.


Hacía tiempo ya que no veía los restos de las habituales avalanchas de nieve con un tamaño tan notable donde tapó el río hasta bien abajo continuando por la orilla opuesta con unos cuantos metros de espesor. Todo ello y junto con el día con pleno carácter invernal, bien parecía que realizábamos una aproximación por los glaciares de cordilleras lejanas de Asia.


Traspasada la frontera de la portie!!a y ya sobre las tablas volvían las sensaciones cuando cambias el chip a modo sólo-ski entretenido uno examinando cada una de las texturas que presentaba la nieve.... Pero ésto dura sólo hasta que se alcanza a la vega del Meicín donde el apabullante circo de Las Ubiñas delante de nuestras narices acapara una vez más toda la atención a pesar de haberlo visto 1001 veces.


Unos minutos después llegamos al refugio del Meicín (1.549 m) donde viendo el panorama, estaba claro que las cumbres no estaban para gaitas. Así que decidimos explorar nuevos rincones y tiramos hacia los Puertos Cerréos de los que había oído que guardaban buenas esquiadas en nieve polvo.


El tiempo aunque seguía invernal cerrado en las cumbres y nevando a ratos, también nos obsequiaba con alguna tregua que otra y con sol que animaba a seguir para arriba.


Subiendo hacia la Forquetona ganamos altura rápidamente pero también lo notaba nuestro fuelle que este año no anda muy entrenado...Por otra parte la nieve polvo reciente acumulada en las vaguadas y canales tenía muy buena pinta, asomando en las zonas más venteadas el azul de la nieve vieja bien xelá.




Nos quedaba un último arreón hasta alcanzar la base de la Peña Cerréos que resultó ser más largo y duro de lo que aparentaba. Unas cuantas "zetas" después, con gusto decidimos parar en una roca que afloraba en la pala final bajo los farallones de la peña para meter algo a la tripa que ya protestaba. Es verdad que el viento ya se hacía notar y por tanto  el frío también, pero abrigándose y con unos rayinos de sol de vez en cuando se podía soportar, teniendo en cuenta además las vistas de lujo bajo nuestros pies.


Repuestas las energías nos entraron ganas de seguir avanzando ya que el tiempo aguantaba y así asomarse al otro lado hacia los puertos de Riotuerto y Peña Ubiña Pequeña que se mostraba flamante de blanco impoluto y muy tentadora para esquiarla. Preciosas vistas desde esta atalaya sin nombre de 1.994 m


De nuevo nos topamos con vestigios bien conservados aún de la Guerra Civil situados en puntos estratégicos de gran visibilidad pero en este paraje nevado tan blanco y con tanta paz no se me ocurre nada más lejos de la guerra...


Aprovechamos un buen rato la tregua del tiempo para hacer fotos o simplemente disfrutar del paisaje. Pudimos ver también que no éramos los únicos que no renunciaron a salir en un día que poco prometía desde el punto de vista meteorológico.


Pero como siempre, las ganas de probar un descenso nuevo y con buena nieve pueden mucho y nos mangamos a lo más alto posible para aprovechar cada metro de bajada al pie de las paredes de la  Peña Cerréos




Y como digo yo...pa baxu!...que aquello prometía. Y así fue porque a pesar de pillar nieve venteada arriba estaba suelta, polvo y no trababa.



Más abajo en los tubos protegidos del viento y con más acumulación la cosa mejoró más aún con tramos muy guapos de  powder cantábrico de calidad que junto con la buena pendiente nos supieron tan bien pero también tan breve como una deliciosa golosina.


Guapa esquiada sí señor!, que en su parte final hasta la llanura previa antes del refugio fue de lo más prestosa con una nieve excelente que permitía recrearse y con velocidad.
Como todavía era temprano Damián tenía ganas de marcha y propuso hacer "otra" mientras nevaba de nuevo con ganas pero viendo que al rato abría tiramos hacia el alto de Terreros, a ver cómo estaba el tema por allí.


Parriba de nuevo que aunque las fuerzas no iban sobradas buena falta nos hace entrenar algo curioso. Subimos a buen ritmo y nos acercamos hacia la vertiente este de Peña Ubiña  para ver que tal la nieve por esa parte ya que la otra vertiente asomaba mucha nieve azul xelá.


A la altura del Alto de Terréos (1,892 m) lo dimos por bueno sin salir al mismo collado viendo que la nieve polvo escaseaba más arriba. Así que para abajo otra vez donde no encontramos tan buena nieve como antes pero aún así sin queja alguna.



Pasamos el refugio de largo y continuamos hasta la portie¡¡a a toda pastilla ya que la nieve se dejaba para ello en un entretenido slalom dejando atrás este macizo montañoso que tantas y buenas jornadas nos regaló.


Por último el paseo de rigor hasta Tuiza es perfecto para ir intercambiando planes futuros si es que el Nuberu nos lo permite porque esta temporada pocas opciones nos está dejando...

No hay comentarios:

Publicar un comentario