mi visión de la montaña

Subir montañas es la osadía convertida en humildad, bajarlas es la osadía convertida en gratitud

sábado, 20 de abril de 2013

combinada norte clásica de Peña Ubiña

Después de la friolera de 18 años vuelvo a la tapia norte de Peña Ubiña para hacer una invernal, junto con los amigos Germán y Nacho. Entre que uno tuvo que abandonar la vía un par de veces, el otro que no la conocía y un servidor que hacía demasiado que no volvía, la motivación era más que suficiente. Así que con un buen madrugón partimos de Tuiza Riba (1.215 m.) con una buena xelá a -2ºC, teniendo en cuenta que estamos cerca de mayo. La noche estrellada presagiaba un día espectacular tal y como confirmaría después el amanecer con la reina del macizo que se nos presentaba flamante. 




La nieve está perfecta y avanzamos muy rápido, quizá demasiado porque Germán nos pone un ritmo frenético porque quiere meterse en faena cuanto antes. 


Llegamos a pie de pared a la vez que otro par de grupos, así que para ir lo más solos posible sugiero para hacer tiempo empezar por la variante que utilicé la primera vez y que resulta más entretenida que la gran rampa inicial de la norte clásica. Se trata de un corredor escalonado que varía entre 45º y 50º que comienza a unos pocos metros más hacia el este y que según las condiciones es recomendable asegurar. 





Pero esta vez no tiene nada que ver con lo que me había encontrado la otra ocasión, puesto que la cantidad y calidad de nieve existente nos permite subir con seguridad sin encordarnos. 




Tan bien estaba, que al salir a la travesía para conectar con la vía adelantamos a un grupo y alcanzamos al otro que era un guía con par de clientes. Amablemente nos cedió paso mientras organizaba el aseguramiento y pasamos de nuevo sin encordar hasta salir al campo de nieve característico bajo la arista de Peña Ubiña





Germán que tenía ganas de marcha, ya se había fijado desde abajo en otro corredor de los múltiples que tiene esta gran pared, y que por lo visto escondía un resalte interesante con hielo y una salida directa a cumbre. Ya nos parecía que todo iba muy rápido y fácil, así que no tuvimos más remedio que hacerle caso....Cambiamos de rumbo y nos metimos hacia el centro de la pared por otro campo de nieve de fuerte inclinación cerrado por farallones rocosos por arriba hasta encontrar el inicio del resalte. 


Curiosamente escondida, se trata de una pequeña goulotte con bastante hielo en apariencia. Montamos una reunión para superar el resalte y me toca abrir de primero entre el cachondeo general ya que Germán me pasa el testigo rápidamente asegurándome que no hay sorpresas en la salida. 


Por suerte así fué porque el paso es expuesto con una caída a nuestras espaldas vertiginosa con un campo de nieve que acaba en cortado. Pude meter un clavo en roca y un tornillo de hielo. Una vez dentro es más estrecho de lo previsto pero el hielo está en buenas condiciones y poco a poco se supera el resalte (70º) saliendo al corredor final. El ambiente es precioso, totalmente alpino con un fondo de lujo. 



Hacemos otro largo por el corredor final y unos pocos metros más arriba llegamos a la cresta cimera a pocos metros de la cumbre en medio de un día espectacular. 







Unas fotos de cumbre a 2.417 m. para celebrar una guapa actividad y pa'baxu a comer algo y tomar el vermú en el refugio que todavía era temprano. 



Sólo eché en falta los esquíes para bajar porque estaba la nieve perfecta para ello como así pudimos comprobar al ver a dos bajando con tabla y esquíes. Aún así apliucamos el práctico culo-ski, que también vale para quitar metros rápidamente...



Por último rescaté esta foto donde se vé bien nuestro deambular por la gran pared norte de Peña Ubiña




No hay comentarios:

Publicar un comentario