mi visión de la montaña

Subir montañas es la osadía convertida en humildad, bajarlas es la osadía convertida en gratitud

jueves, 13 de abril de 2006

corredor de Las Balas. Los Tiros de la Torca (Urrieles)

Nos juntamos esta vez toda la banda de viejas glorias para un par de días de Semana Santa por Los Picos y rematar la temporada invernal. Con semejante convocatoria de paisanos el tocayo Pablo, Toño y Rafa nos reciben a Damián y a un servidor en Pandébano con la banda sonora de "Broke back mountain" para dejar claro que nos respetemos todos en la  fría noche del vivac...Subimos a la vega de Urriellu con calma porque llevamos el mochilón de turno bien cargado. Después de quedar ubicados en el vivac, nos pudimos entretener con este xelódromo que forma la nieve en este lugar bajo la imponente mole del Picu. Todo un lujo.


Como sobraba mucho tiempo y el día era magnífico, no nos lo pensamos mucho porque a pesar de la hora (15:00), vimos que el corredor de las balas seguía a la sombra del Picu y parecía estar en buenas condiciones. Por mi parte no puedo más que hablar maravillas de este corredor por el rápido y fácil acceso, por su ambientazo patagónico con el mar de fondo, entre las paredes del Picu y Los Tiros de la Torca y por su moderada dificultad que obviamente varía bastante según pude comprobar en todas las veces que lo escalé. Así que nos fuimos para arriba con horario de Ministro después de una siesta.



Nos dividimos en dos cordadas de 2 y 3, dejando el honor de primeros a los que no habían catado este corredor tan guapo. Efectivamente las condiciones eran muy buenas por lo menos en los dos primeros largos, por loque disfrutamos como guajes.

   

Sin embargo la salida del corredor, pocas veces en buenas condicione se presentaba prácticamente pelada de nieve y hielo, por había que buscarse la vida y rascar para superar el paso,dando un toque "divertido" para acabar.

           

Con cuidado, descendimos hacia el jou tras el Picu para volver a la vega por la empinada canal de La Celada, no si antes echar un vistazo al marcado corredor que divide la Morra, del que teníamos muchas ganas pero la única vez que lo intentamos Toño y yo tuvimos que abandonar por mal tiempo.



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